
Apuntes
Un consejo señor Feijóo, al sanchismo ni agua
No hay que apurarse, que el Gobierno lleva años pagando de extranjis el mayor gasto militar
Uno de los problemas de no haber militado en partidos marxistas o separatistas en la no tan temprana juventud es que se carece de autoridad para explicar a los dirigentes del Partido Popular cómo hacer bien su trabajo y ganar las elecciones por mayoría absoluta. Incluye, por supuesto, la facultad de señalar al candidato más idóneo para la presidencia del Gobierno y, también, la de secundar con entusiasmo las campañas socialistas y separatistas contra el barón regional de turno. Aún así, y aduciendo en mi defensa que anduve unos meses por aguas maoístas tras la falda pantalón de una morena espectacular, que hoy supongo feliz madre de familia, me gustaría hacerle algunas recomendaciones a don Alberto Núñez Feijóo absolutamente desinteresadas. La primera, y más importante, es que al sanchismo, ni agua.
La segunda es que nadie tiene puñetera idea de cómo va a evolucionar la táctica y la estrategia militar a partir de la experiencia ucraniana, con lo que no hay ninguna prisa en votar un presupuesto crecedero de Defensa hasta que no sepamos con cierta seguridad en qué materiales conviene gastarse el dinero, que luego te pasa como a los japoneses con el «Yamato», un monstruo de acero y cañones gigantescos que ya nació anticuado en la época de los portaaviones.
Y, por último, que tenga muy presente que lo que la gente del común considera un acuerdo de Estado, el presidente del Gobierno lo interpreta como un aval para seguir en el machito. Son percepciones tan disímiles –«acostarse» con Vox es muy malo, Bolaños dixit; hacerlo con Bildu es de demócratas que lo flipas; llegar tarde al centro de emergencias el día de la dana es un delito imperdonable, pero llevar veinte años bloqueando los planes de prevención de riadas no tiene la menor importancia– que no merece la pena ni sentarse a tomar un café.
Además, que no le dé apuro patriótico al señor Feijóo, que sabemos que el presidente Sánchez lleva tirando años del fondo de contingencia del Estado para pagar los crecientes gastos militares y que, como es su costumbre, puede seguir con los decretazos para lo mismo, que así no tiene que pasar por el Parlamento, antigualla que habría que ir eliminando del sistema político porque, en desenvuelta afirmación del propio Sánchez, se puede gobernar sin las Cámaras.
Y respecto a lo importante, es decir, qué medios son los mejores para asegurar la defensa de España frente a los enemigos exteriores, sólo contamos, señor Feijóo, con algunas experiencias de los ucranianos. Por ejemplo, que ya se han empleado más de cuatro millones de drones en la batalla, con los mejores carros de combate del mundo haciendo el papel del «Yamato», y que es vital, pero absolutamente vital, disponer de una red de reconocimiento y comunicaciones satelitales inmunes a la interferencia del enemigo para, entre otras cosas, poder operar los drones propios y derribar los contrarios. Por supuesto, no descuidar la artillería de largo alcance y precisión por GPS, que consume enormes cantidades de munición, y darle una vuelta más a los interferidores de frecuencias de radio y electrónicas. Materiales caros, algunos todavía sin desarrollar, pero que pueden ser una oportunidad para el desarrollo tecnológico de la industria europea a medio plazo. Como verá, señor Feijóo, nada de lo que se pueda hablar con Pedro Sánchez.
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