Al portador
Cuando veas a Francia aplicar ajustes, prepárate
Debería haberse preguntado no si llegarán a España los recortes franceses, sino cuándo llegarán
Ralph Waldo Emerson (1803-1882), escritor, filósofo y poeta estadounidense, líder del «trandescentalismo», que defendía «el pensamiento intuitivo», decía que «a pesar de las advertencias, el cambio rara vez ocurre hasta que el statu quo se vuelve más doloroso que el cambio». François Bayrou, francés, primer ministro de Macron, presentó la semana pasada un histórico plan de recortes de unos 44.000 millones en 2026, además de otras medidas complementarias, incluida la supresión de dos festivos. El objetivo, cada vez más urgente de alcanzar, es reducir la estratosférica deuda pública francesa, unos 3,3 billones –un 114% del PIB, que es más del doble que el español–, y aumentar la productividad. El economista socialdemócrata, José Carlos Díez, muy crítico con Pedro Sánchez, se autopreguntaba el domingo en el El Confidencial «¿Llegarán los recortes franceses a España?». Luego elaboraba un análisis, brillante, en el que describía que, ahora, si se salvan las distancias –que no son pocas–, la situación de la economía española, en teoría, es mejor que la francesa. Algunos números apuntan en esa dirección, pero también en este caso, el tamaño importa. En cualquier caso, en asuntos peliagudos tampoco España puede sacar pecho, como suele decirse. Si la deuda pública francesa representa el 114% de su PIB, en el caso de España es del 102%, algo menos, pero tampoco para tirar cohetes. El mismo José Carlos Díez pone el dedo en la llama. Las Administraciones públicas españolas gastan todos los años 700.000 millones de euros, cifra que aumenta cada ejercicio. Para pagar todo eso, además de la recaudación impositiva, el Estado debe pedir prestados a los mercados unos 300.000 millones del ala. Es el dinero necesario para pagar los créditos vigentes y sufragar los servicios del Estado del Bienestar, sanidad, educación y pensiones sobre todo. Desde que Sánchez llegó a la Moncloa los números rojos acumulados del sector público suman 398.000 millones de euros, según un informe publicado ayer en la web del Banco de España. También en ese periodo, el montante de la deuda pública ha crecido en la fascinante cifra de 411.310 millones de euros hasta el final de 2024, porque sigue en aumento en 2025. Los análisis de José Carlos Díez suelen ser certeros. En esta ocasión quizá debería haberse preguntado no si llegarán a España los recortes franceses, sino cuándo llegarán. Y los escépticos, que recuerden que el cambio no llega hasta que el statu quo es más doloroso, como pensaba el pesimista Emerson.