
El trípode
Cuatro diputados para acabar con el sanchismo
Es preciso no olvidar que Sánchez ha faltado rotundamente a compromisos asumidos previamente, entre los que destacan pactar con Bildu y con los separatistas catalanes.
Ante la evidencia de tener en La Moncloa a una persona para la que su interés supremo es permanecer en el poder, y cediendo para ello a cuantas exigencias provengan de sus socios de Gobierno y aliados parlamentarios, y teniendo un partido en sus manos, –cual una versión autóctona del «progresismo» de Maduro o Xi Jinping– no parece viable una moción de censura para derrocarle. A lo que es preciso añadir que esas «exigencias» significan ir demoliendo la unidad nacional de España, que es el fundamento mismo de la Constitución. Cuestión diferente sería que algunos diputados –y bastarían tan solo 4, por ejemplo, de los 121 del grupo parlamentario socialista (incluido Ábalos)– estuvieran dispuestos a dar su voto a un eventual candidato con el compromiso firme y único de convocar elecciones generales anticipadas tan pronto asumiera el gobierno.
Es razonable y necesario pensar, por tanto, en perfiles personales que pudieran responder a esa necesidad, y sin duda existen algunos: Nicolás Redondo, Tomás Gómez y Joaquín Leguina… son ex PSOE y ejemplos de ello, sin excluir a otros. A los que no se podría calificar precisamente de representantes de la derecha, ni de la «multinacional ultraderechista» así denominada por Sánchez, ante la cual él se autoerige como su frontal adversario mundial. La única alternativa a esta respuesta política es la calle, para que el pueblo al que no se le deja votar lo exprese pacífica, legal y públicamente, que es absolutamente necesario para que se escuche su clamor exigiendo que se le dé voz en las urnas para acabar con el actual descrédito al que ha llegado este Gobierno. Es preciso no olvidar que Sánchez ha faltado rotundamente a compromisos asumidos previamente, entre los que destacan pactar con Bildu y con los separatistas catalanes con los que había expresado que no pactaría nada y que no podía estar el Gobierno en manos de quienes han sido condenados por promover un auténtico golpe de Estado. Sería muy conveniente que a la manifestación convocada para el domingo de la semana próxima en Madrid se uniera una multitud de españoles convocados por la imperiosa necesidad de dar fin a una situación calamitosa, tanto ética y moral como políticamente. Y que no se utilice como una iniciativa partidista que, en lugar de unir, pudiera dividir. No es exagerado aludir a conductas mafiosas, conociendo cómo se actúa para silenciar a instancias «molestas»: judiciales, periodísticas y de la Guardia Civil. Una estrategia surgida de los «5 días de reflexión» tras la imputación de su mujer.
✕
Accede a tu cuenta para comentar