El trípode
Desfile del gobierno en la pasarela «fashion»
Para alcanzar y mantenerse en el poder, ha organizado otro Frente Popular que haciendo bueno su nombre ha instaurado una política frentista, fracturando y enfrentando a la sociedad española entre dos bloques, divididos por un muro que según él es para impedir el acceso de la «ultraderecha» al gobierno.
Hoy se cumplen exactamente cuatro meses del 23 J, el día en el que contra todo pronóstico –léase todas las encuestas, que pronosticaban un gobierno de coalición del PP con Vox– les faltaron 4 escaños para tener la mayoría absoluta. Recordemos que la investidura fallida de Feijóo obtuvo 172 votos lo que en cualquier otra de las catorce precedentes legislaturas, la investidura hubiera estado garantizada con los «progresistas» votos de la antigua CiU y el PNV, pero el procés y Sánchez han provocado un tsunami no precisamente «democràtic» en la política catalana y española y la derecha catalanista y la vasca, ahora se han convertido en socios prioritarios suyos que está alimentando el separatismo. Para alcanzar y mantenerse en el poder, ha organizado otro Frente Popular que haciendo bueno su nombre ha instaurado una política frentista, fracturando y enfrentando a la sociedad española entre dos bloques, divididos por un muro que según él es para impedir el acceso de la «ultraderecha» al gobierno. Es lo mismo que los comunistas alemanes bajo la bota soviética decían del Muro de Berlín, alegando que era para impedir que el capitalismo imperialista asfixiara a la RDA. Lo cierto es que todo el mundo sabía que se trataba de impedir que los alemanes que vivían en la República Democrática Alemana pudieran huir del «paraíso terrenal» bolchevique. Ahora tenemos en España un gobierno con cinco ministerios en manos de comunistas de diversas denominaciones bajo el sumatorio de Yolanda Díaz que, haciendo honor a su trayectoria política plagada de cadáveres de anteriores colegas, ha hecho lo propio con Podemos y Pablo Iglesias. No se olvide que fue él quien la colocó en el gobierno y la nombró («digitalmente») como su sucesora en la coalición, tanto como vicepresidenta en el gobierno como candidata a la presidencia, y ya vemos dónde están ahora Iglesias y Belarra. En cuanto a Irene Montero, madre de sus hijos, está sin escaño en el Congreso y sin ministerio en el gobierno. En el seno del actual Frente Popular (social comunista con Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar de aliados parlamentarios) ya está en gestación una guerra civil entre el núcleo de los 5 diputados podemitas que pueden desestabilizar al gobierno cuando convenga a sus intereses, dejándole sin mayoría absoluta para aprobar desde la ley de amnistía hasta cualquier otra votación que la exija. Hasta las elecciones europeas dentro de seis meses la tensión va a ir «in crescendo». De momento, ayer desfilaron por la pasarela de Moncloa las 12 ministras (y 10 ministros) con sus carteras y modelos en un espectáculo tan «fashion» como «progresista».
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