El trípode
El dúo Viktor Orban y Pedro Sánchez
España se suma al grupo de los países que están sometidos a control de la UE por considerar que puede no respetar la independencia del poder judicial y la división de poderes, con la amenaza del lawfare
Hoy es una fecha que viene señalada en el calendario político y laboral por una convocatoria de huelga general por parte de un sindicato –que afirman ser de Vox– en protesta por la ley de amnistía. Debía ser también el comienzo de unos paros convocados por los sindicatos tradicionales para protestar por el anunciado traspaso del servicio ferroviario de cercanías (rodalies) a la Generalitat de Cataluña por parte de Sánchez, pero fueron desconvocados a última hora. Sobre la amnistía, ayer España se sumó al grupo de los países que están sometidos a control de la UE por considerar que puede no respetar la independencia del poder judicial y la división de poderes, con la amenaza del lawfare. Se trata de la columna vertebral de lo que se considera un Estado democrático y de derecho en Occidente. Hasta ahora, Hungría con el Primer Ministro Viktor Orban al frente, era el referente de ese estigmatizado grupo, acompañado siempre de Polonia, con un Presidente del partido derechista Ley y Justicia. Esos dos países y sus líderes están «señalados» por alejarse del dogma de la «corrección política» que tiene en el aborto y la ideología lgtbi por un lado y la política migratoria por el otro, definiendo con precisión el perímetro del cual está sancionado pretender salirse. Que el progresista, convivencial, feminista, inclusivo y ecosostenible Sánchez, se haya unido a ellos dos, es algo inaudito y merece ser destacado. Viktor Orban junto a Pedro Sánchez conforman una pareja de líderes en las antípodas ideológicas, políticas y personales. Orban encarna unas convicciones y valores sólidos –otra cosa es que gusten o no–, mientras Sánchez es un referente global de los «cambios de opinión» continuos y continuados; si bien, «casualmente» siempre coincidentes con su interés personal. En el Parlamento Europeo ya se ha producido el comienzo de ese examen, con el prófugo Puigdemont descorbatado y sonriente de privilegiado testigo en un debate sobre la amnistía redactada por él y para él, como exigencia previa a la investidura de su colega Sánchez. No es difícil imaginar la reputación de España en los ambientes comunitarios de Bruselas merced a un gobierno de estas características. Recomendable visionar el Hormiguero televisivo de anteayer miércoles, con Alfonso Guerra. Se puede decir más alto, pero no más claro lo que son el actual PSOE y Sánchez. Sin duda, una purificación para España, con millones de españoles que todavía le votan, y que muestra el nivel en el que estamos sumidos.
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