Cataluña
Artur Mas hunde a CiU
La inesperada confesión de Jordi Pujol reconociendo que tenía cuentas ocultas fuera de España ha hecho saltar por los aires la agenda prevista por el Gobierno de CiU. Los nacionalistas pensaban que no tendría efecto, probablemente todavía bajo el «shock» de la noticia, pero todas las previsiones indican ahora un descalabro electoral sin precedentes del partido de Artur Mas. Si en las últimas encuestas antes del 25 de julio, fecha de la revelación de que el ex president tenía importantes deudas desde hacía más de treinta años –y durante los 23 de su mandato– con Hacienda, CiU y ERC se mantenían en un empate técnico, aunque con tendencia al alza de los últimos, ahora los republicanos superan claramente al partido que fundó Pujol. La perspectiva de una comisión de investigación en el Parlament, la comparecencia el próximo día 22 del que fue considerado «líder espiritual» del nacionalismo catalán y la posibilidad de que la misma CiU acabe enredada en el caso –después de todo, las comisiones de las que supuestamente se beneficiaron los Pujol Ferrusola fueron durante sus gobiernos– han hecho cambiar todos los planes, por lo que no se descarta la convocatoria de elecciones anticipadas. Una encuesta de NC Report que publicamos hoy confirma que ERC se situaría en el 23% de los votos, frente al 18,1% de CiU, lo que representa un descenso de 12,6 puntos y casi medio millón de votos. Es un castigo sin paliativos, lo que confirma el fracaso político que ha supuesto para la federación nacionalista liderar el proceso soberanista: pierde 20,3 puntos respecto a 2010, cuando CiU arrebata el poder al tripartito. Mas deja a su partido noqueado, sin su bolsa electoral tradicional, con su programa político hipotecado por una consulta separatista ilegal y dependiendo de un partido como ERC, que no cumpliría en nada sus planes económicos. ¿Cuál es el futuro de Mas? Ésa es al cuestión, porque su verdadero capital político es escasísimo si nos atenemos a las urnas y no a la calle, que parece darlo todo, pero también quitarlo. Sin embargo, los republicanos se convertirían en la primera fuerza de Cataluña, pero con el nivel de votos más bajo de un partido que aspira al gobierno de la Generalitat, lo que no asegura ninguna estabilidad, sino muy al contrario. Con esta perspectiva, el Gobierno de Mariano Rajoy no puede tener muy en cuenta las 23 propuestas que Mas le planteó en su reunión del pasado 1 de agosto, incluso también contempla la posibilidad de un adelanto electoral en Cataluña. El calendario apremia: el próximo día 19, el Parlament aprobará la Ley de Consultas, lo que supondrá que el Gobierno tenga que recurrirla ante el Tribunal Constitucional en el Consejo de Ministros del 26. A Mas le queda una salida: adelantar las elecciones para el mismo 9 de noviembre, con lo que acabaría cumpliendo su promesa de sacar las urnas a la calle, aunque legalmente. Mas ha agotado su tiempo político.
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