El concejal Zapata se cree superior a los demás

El concejal del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata debe creer que lo que vale para los demás no reza para él, por lo que pretende que la Audiencia Nacional le exima de sentarse en el banquillo y le permita permanecer en el estrado, junto a su abogado, en la sala de la vista oral. También reclama que se le tome declaración en último lugar, para lo que se acoge a una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que todavía está en proyecto, lo que supone un hito en la historia procesal española, llena, por otra parte, de sonadas actuaciones. En resumen, que lo que pretende el concejal Zapata, el autor de unos tuits ofensivos para las víctimas del terrorismo que le han llevado ante la Justicia, es que no se le dé el mismo tratamiento que él y los de su partido político exigen para los demás. Pretende no ser igual que el resto de los españoles ante los tribunales, tal vez por considerarse de mejor condición. No es la primera vez que los representantes de la llamada «nueva política» –los mismos que vigilaron al milímetro la peripecia judicial de una infanta de España, exigiendo el máximo rigor procesal y la mayor exposición pública de Doña Cristina– reclaman mejor trato. Ya lo hizo Rita Maestre, también concejala madrileña, en el juicio de delito de odio por el que fue condenada.