Teatro

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El desprecio de Manuela Carmena al teatro

La Razón
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La respuesta al atropello cultural del Ayuntamiento de Madrid no se ha hecho esperar. Más de 700 profesionales vinculados al teatro han firmado un manifiesto en el que piden al consistorio que «reconsidere» reservar el espacio de Naves de Matadero (ahora Naves Matadero. Centro Internacional de Artes Vivas) en exclusiva a las artes escénicas y de vanguardia. El manifiesto muestra a las claras que Manuela Carmena ha construido una pseudopolítica teatral en los despachos y contra la voluntad de los directores, dramaturgos y actores. Un desencuentro que, como en una obra teatral, ha tenido distintas escenas y anuncia un desenlace inesperado. Primero fue el despido de Juan Carlos Pérez de la Fuente de la dirección del Teatro Español. Sin motivo y con una actitud soberbia por parte del consistorio. Después, la partición del Teatro Español y el entuerto con las salas Fernando Arrabal y Max Aub de Matadero –quitando el nombre y poniéndoselo luego–, mientras se justificaba pobremente la responsable, Celia Mayer, con que «se estaban pintando». En su nueva vuelta de tuerca contra el teatro, Carmena da carpetazo a más de diez años de trayectora de éxito en Matadero y desprecia a los más de 600.000 espectadores que han pasado por sus salas. La alcaldesa y su equipo de Ahora Madrid quieren propuestas «radicales y rompedoras» y vuelve a ponerse de espaldas a los profesionales. El teatro y sus gentes no están en el programa de Carmena. Sobran. Al Consitorio poco les importa ahogarles económicamente. Sus experimentos culturales van primero.