España impone la moderación en la UE

La crisis de los refugiados y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca centraron la primera sesión de la cumbre europea celebrada en Malta, una reunión en la que los jefes de Estado trataron de ponerse de acuerdo en una estrategia común. Resulta totalmente imprescindible que en un momento como éste, plagado de incertidumbres, la Unión Europea logre hablar de verdad unida, con una sola voz. Es la única forma de dar una respuesta exitosa a los enormes desafíos que se presentan en el corto plazo. Finalmente, ayer se impuso la cordura y se acordó trabajar para lograr la mejor relación posible con la Administración estadounidense, una postura defendida por España y Alemania frente a la actitud mucho más beligerante de Francia. Al margen de la retórica explosiva de Trump, Europa y EE UU comparten intereses y valores comunes que deben de estar por encima de quién ocupe la Casa Blanca. La lucha contra el terrorismo yihadista es un buen ejemplo de ello. De poco serviría que la diplomacia de la UE se rebajara al nivel del discurso de Trump, más dirigido aún al consumo interno que a fijar una posición en el plano internacional. Tal y como dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esto no debe significar, en ningún caso, ceder en la defensa de valores como el libre comercio o la cohesión europea, la razón de ser del proyecto comunitario.