Bruselas

Por un Gobierno de Europa

Nunca Europa ha estado tan presente en la política nacional, y no sólo en nuestro país, sino en el conjunto de los 28 estados que forman la Unión Europea. El motivo no esconde ningún misterio: las grandes decisiones tomadas sobre la crisis económica se han adoptado en Bruselas, sede de la Comisión Europea, y en Fráncfort, sede del BCE –además de en el FMI–. Ha sido en este terreno de juego marcado por estas instituciones donde se han confrontado las salidas políticas a la crisis que defiende un mayor europeísmo y también donde se han incubado las opciones euroescépticas y más populistas. El año próximo hará 30 que España ingresó en la Comunidad Europea y el balance de conjunto apunta a que los beneficios que ha obtenido España son en todos los aspectos superiores que las políticas de ajuste que ha habido que adoptar en los últimos tiempos. El resultado de las elecciones del próximo día 25 será decisivo porque de ellas dependerá el nombramiento del futuro presidente de la Comisión y la línea que va a mantener para los próximos años, que será clave para la salida de la crisis y que, como nunca, ha quedado claramente definida por las candidaturas de Jean-Claude Junker, del Partido Popular Europeo, y Martin Schulz, del Partido de los Socialistas Europeos. De ahí que estos comicios no deban entenderse como una convocatoria con poco fondo político, muy al contrario, y que una participación mayoritaria afiance en el electorado la idea de que en Europa nos jugamos mucho, como bien sabe el Gobierno de Mariano Rajoy, pero sobre todo si España cuenta con los aliados necesarios y con políticos que defiendan nuestros intereses en la compleja maquinaria de Bruselas. Según una encuesta de NC Report que publicamos hoy, de los 35.510.835 ciudadanos llamados a votar, un 56,4% se abstendría, lo que supone algo más de 20 millones de personas. Respecto a las elecciones de 2009 es un descenso en la participación de 1,3 puntos, lo que explica a su vez que el PP y el PSOE sean las dos formaciones que soportan en número de votos esta deserción. El PP volvería a ganar las elecciones europeas, como ya sucedió en las anteriores, con un 32,8% de votos, 2,9 por encima del PSOE. Hay que tener en cuenta que en los escenarios de crisis son los grandes partidos los que sufren mayor desgaste y, de manera especial, el que gobierna. La abstención en España, siendo alta, está al nivel de los grandes países (en Francia alcanza el 59,3%). De otra parte, el voto socialista se ve asediado por formaciones que están a su izquierda con programas maximalistas y le pasará factura por su oposición radical. Las elecciones europeas siempre ha sido una convocatoria donde se han ensayado alternativas con el único objetivo del castigo a los partidos de gobierno, pero en esta ocasión es necesario llamar a un voto responsable porque España debe participar del gobierno de Europa.