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Guerra personal contra el futuro del fútbol

La huelga convocada por la RFEF que pretende parar el fútbol responde a una disputa personal de su presidente, Ángel María Villar, contra la Liga y el Gobierno. Acostumbrado a que su palabra fuera ley durante lustros, no ha digerido que el nuevo decreto que regula la venta centralizada de los derechos de TV responda al interés general y no a sus caprichos. Sus desplantes al Gobierno en la negociación han sido la tónica y retratan las formas dictatoriales que han caracterizado buena parte de su mandato. El Gobierno ha sacado adelante un texto que cuenta con un respaldo mayoritario y que responde a las necesidades del fútbol español, que no de Villar. Ceder al chantaje no es una opción.