Opinión

«La encrucijada mundial»

«Como afirma el Coronel Baños, estamos inmersos en un mundo en el que ya no funcionan las fórmulas del siglo pasado al haber entrado en la era digital»

Pedro Baños es un militar español, Coronel del Ejército de Tierra y Diplomado de Estado Mayor, en la actualidad en situación de reserva, con una hoja de servicios que le acredita como un gran especialista en geopolítica, estrategia, defensa, seguridad, terrorismo, inteligencia y relaciones internacionales. Es reconocido por su formación y los destinos que ha tenido vinculados a esas sensibles cuestiones, entre ellos haber sido Jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo en varios países. Ha publicado diversas obras vinculadas a esas materias, siendo la última de ellas «La encrucijada mundial», de la que el mismo autor afirma en su prólogo: «Me acusarán de revolucionario, y estarán en lo cierto».

Obviamente es una frase que pretende ser provocadora, y sin duda lo consigue a la vista de su libro, que no sólo ofrece un lúcido análisis de las relaciones de poder como en sus obras anteriores, sino que llega a proponer soluciones de carácter universal para todos los ciudadanos de cualquier país, en un mundo hiperconectado. Como afirma el Coronel Baños, estamos inmersos en un mundo en el que ya no funcionan las fórmulas del siglo pasado al haber entrado en la era digital, consecuencia de «una auténtica revolución, no solo industrial sino también económica y social cuyas consecuencias apenas empezamos a vislumbrar». Entre esas nuevas realidades cita la inteligencia artificial, la biotecnología y la neurociencia con avances incluso inimaginables tiempo atrás. Ante esta nueva realidad global prevé un recrudecimiento de la lucha entre las grandes potencias por controlar el mundo, agudizada por la escasez de los recursos naturales disponibles para hacer frente a las necesidades. «La población cada vez más envejecida ocupará ciudades abarrotadas en las que la soledad será la norma», con empleos novedosos pero insuficientes frente a la demanda con masivos movimientos migratorios.

Resulta particularmente certero en ese contexto el análisis y la conclusión que le dedica a la Agenda 2030, al afirmar que los 17 ODS –Objetivos de Desarrollo Sostenible–, siendo loables en su conjunto, revisten de buenas intenciones la corrupción, las ansias de poder y la manipulación. No sólo por ello resultan difícilmente alcanzables, ya que se debe contar además con un modelo de gestión con alternancia en el poder como el vigente en las NNUU y en la mayoría de países que la integran, que no alternativa real. Ante ese escenario, lo previsible es que la Agenda siga presente durante toda la década por no existir alternativa a los sistemas partitocráticos que pueblan Europa. «El tiempo apremia, los problemas son urgentes y la incertidumbre máxima». Esta obra es un manual para superar esta encrucijada.