Opinión
Una exposición anticristiana en el Europarlamento
Al margen de que cualquier burda creación no debería ser considerada como artística, lo cierto es que la libertad de expresión no es absoluta ya que debe ser compatible con otros derechos y libertades que la UE reconoce en su Carta de Derechos Fundamentales
Un diputado italiano del Parlamento Europeo, ha hecho viral un video manifestando su indignación mientras enseña los cuadros de una exposición en la misma Cámara dedicada a la ideología de género. La grabación –voluntariamente, suponemos– muestra una imagen borrosa de las obras para no contribuir a dar más publicidad a las imágenes, que sin duda hieren la vista y representan una clara ofensa a los sentimientos religiosos de los cristianos.
Los criterios que la justifican y la amparan son, supuestamente, la libertad de expresión, en este caso «artística», junto a la libertad religiosa, la aconfesionalidad de la institución y la tolerancia. Al margen de que cualquier burda creación no debería ser considerada como artística, lo cierto es que la libertad de expresión no es absoluta ya que debe ser compatible con otros derechos y libertades que la UE reconoce en su Carta de Derechos Fundamentales, en vigor desde el 1º de diciembre de 2009, entre los cuales se encuentra el de la libertad religiosa y de culto, que no parece compatible con el trato dado en esa exposición a las creencias, valores y símbolos cristianos.
Al respecto, es inevitable, aunque sea un reiterado agravio, pensar que es inimaginable una muestra donde los valores y símbolos del Islam, por ejemplo, fueran tratados como los de los cristianos. ¿Por temor a un atentado de un terrorista islamista? Sin duda, lo que indica es que es falsa esa presunta tolerancia y respeto hacia todas las religiones y creencias, como debe ser.
Invita a una seria reflexión que una exposición como esa tenga lugar en la sede de la institución que representa a los pueblos de los actuales 27 Estados que integran la Unión Europea, otrora la Cristiandad, cuyas raíces religiosas y culturales nacen de una síntesis admirable del Derecho Romano, la Filosofía de Grecia y la religión cristiana. Todo ello pone de manifiesto la apostasía de Europa, ya no silenciosa, sino pública y expuesta con orgullo.
Tras el 11-M de 2004, el cambio de Gobierno en nuestro país levantó el veto español al proyecto de Constitución europeo impuesto por no recoger en su preámbulo un reconocimiento a las raíces cristianas como elemento sustancial de la identidad europea, recogido en la pluralidad de sus confesiones y religiones cristianas y en la diversidad de los pueblos y naciones que la integran. Hoy esa apostasía silenciosa que denunció Juan Pablo II ya es manifiesta, y conforma lo que Benedicto XVI denominó como el «credo del anticristo». Esta exposición es un ejemplo de ello.
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