El trípode del domingo

La Fiesta de la Merced

Son numerosas las instituciones, ciudades y países que ostentan su patronazgo.

Hoy es una fecha celebrada en multitud de lugares de Occidente, destacando entre ellos España, Italia, Francia... y de manera muy especial, Hispanoamérica. Allí su devoción está muy arraigada en la práctica totalidad de sus naciones desde su evangelización en los albores del siglo XVI de la mano de las órdenes religiosas de los franciscanos, dominicos, jesuitas, agustinos, etc., siendo finalmente los mercedarios quienes la llevaron a sus pobladores originarios.

La historia mercedaria comienza según la tradición en la temprana fecha del 10 agosto de 1218, y su nombre deriva de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, congregación masculina fundada en Barcelona en esa fecha por san Pedro Nolasco. Su misión fue, según el encargo recibido de la Virgen al aparecérsele, fundar una comunidad dedicada a auxiliar a los cristianos cautivos de los musulmanes en sitios lejanos. La tradición recoge el relato de que, simultáneamente y en distintos lugares, también habrían recibido similar encargo san Raimundo de Peñafort –fraile dominico y maestro general de la Orden de Predicadores– y el Rey Jaime I el Conquistador –cabeza de la Corona de Aragón–, teniendo ocasión de compartirlo los tres unos días después al coincidir en la Catedral de la Ciudad Condal.

La Misión no puede desligarse del contexto histórico del momento, poco después de la batalla de las Navas de Tolosa (en la actual provincia de Jaén) el día de la fiesta de la Virgen del Carmen de 1212 que, con el triunfo de los Reyes cristianos de Castilla, Aragón y Navarra, significó un punto de inflexión en la Reconquista de la península invadida por los musulmanes en el 711.

Son numerosas las instituciones, ciudades y países que ostentan su patronazgo. En América, destacan Argentina, Perú, República Dominicana, Colombia, Chile, Venezuela, Ecuador, México, Nicaragua, Bolivia, Costa Rica, etc. En EEUU es patrona del estado de Delaware; en Asía, en Filipinas, etc. En España destaca su devoción en Barcelona, capital de la archidiócesis barcelonesa de la que es patrona, ejerciéndolo de facto en ella a nivel popular, compartiendo el patronazgo con el oficial de santa Eulalia. También es patrona en Jerez de la Frontera y copatrona de Cádiz, y de gran número de otras localidades de toda la geografía nacional.

Superada hoy su misión originaria, la Orden se dedica a la práctica de la «merced»; es decir, la misericordia y la caridad con los más necesitados y marginados del mundo, siendo portadores de paz. Por su vinculación con la redención de los cautivos, también es patrona de las Instituciones Penitenciarias de España.