El trípode
El final del «tiempo de las naciones»
Tal día como hoy, 5 de junio del año 1967, Israel desencadenó una ofensiva aérea contra la muy grave amenaza de Egipto
Tal día como hoy, 5 de junio del año 1967, Israel desencadenó una ofensiva aérea contra la muy grave amenaza de Egipto, destrozando su aviación que ingenuamente reposaba de madrugada en tierra, sentenciando la que ha pasado a la Historia como «Guerra de los Seis Días». En una vertiginosa actuación militar, el ejército israelí derrotó a Egipto, Siria y Jordania; conquistó el histórico Jerusalén-Este administrado por el Rey Hussein, los Altos del Golán sirios que dominaban el mar de Galilea, la península del Sinaí egipcia y el canal de Suez.
Esa fecha ha marcado un cambio de rasante en la Historia a nivel mundial por la importancia geoestratégica de la zona y por la consolidación definitiva que esta operación supuso para el estado de Israel, aliado occidental allí. Los efectos políticos y económicos fueron devastadores para los derrotados, en especial para Gamal Abdel Nasser, el presidente egipcio considerado como el líder del panarabismo, que apostaba por un gran Estado que integrara a los principales países árabes tras el fallido experimento de la RAU, la República Árabe Unida.
Los acontecimientos que siguieron hasta la actual situación son conocidos y forman parte de la Historia: Nasser falleció poco después y su sucesor el General Anwar el-Sadat consiguió con la guerra del Yom Kippur de 1973 una cierta victoria moral y la rehabilitación nacional para negociar una paz honorable en Camp David. El presidente Jimmy Carter actuó de intermediario entre Sadat y su homónimo israelí Menájem Begin, consiguiendo la recuperación de la mayor parte de los territorios ocupados en 1967. Su viaje a Israel y su histórico discurso en la Knesset el 20 de noviembre de 1977 en favor de la paz, la hicieron posible y les mereció a ambos el premio Nobel en 1978. Pero Sadat lo pagaría con la vida, asesinado en un atentado extremista durante el desfile militar de la fiesta nacional en El Cairo en 1981.
Los innumerables acontecimientos sucedidos desde entonces no descorren el velo que oculta lo que marca un antes y un después en la Historia de la humanidad: el tercer día de la Guerra de los Seis Días –el 7 de junio de 1967–, cuando el victorioso ejército israelí regresaba del Sinaí, decidió pelear por la conquista del Jerusalén bíblico administrado por Jordania hasta ese momento, sin que esta operación estuviera prevista por el Estado Mayor judío. El evangelio de san Lucas recoge las proféticas palabras de Jesucristo en su discurso escatológico sobre esta ciudad: «Jerusalén, serás hollada por los gentiles y pasada a filo de espada hasta que se cumpla el tiempo de las naciones». El tiempo de los gentiles se cumplió aquel día.
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