Opinión
Hoy 13 de mayo, Fátima: profética y muy actual
Tal día como hoy en 1981, el mercenario turco Ali Agca disparó casi a bocajarro dos tiros contra el Papa Juan Pablo II
A las 17:17 horas de tal día como hoy, 13 de mayo, del año 1981, el mercenario turco Ali Agca disparó casi a bocajarro dos tiros contra el Papa Juan Pablo II, que saludaba desde el papamóvil a la exultante multitud en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Un mes y medio antes, el 30 de marzo, el Presidente Ronald Reagan salvó la vida por milímetros tras sufrir otro atentado en Washington a manos de un perturbado mental que buscaba notoriedad para impresionar a la actriz Jodie Foster, por la que sentía una atracción obsesiva.
Esa llamativa cercanía temporal entre ambos atentados sufridos por los dos máximos dignatarios del mundo espiritual y político, aunque de diferente naturaleza (solo el del Papa fue terrorista), resultará también providencial al unir estrechamente a ambas personalidades. Juan Pablo II salvará la vida de milagro como afirmó cuando un año después, el 13 de mayo de 1982, ya recuperado acudió a Fátima a darle las gracias a la Virgen: «Una mano disparó el arma, y otra mano maternal guio la bala». Pero añadió una frase ya histórica y actual por las consecuencias que tuvo para Europa y el mundo: «Tenía que producirse el atentado contra el Papa coincidiendo con la fiesta de la Virgen de Fátima, para que la Iglesia y el Papa miraran al mensaje dado allí por la Virgen… porque en los designios de la Providencia NO hay meras coincidencias». Tras reunirse con la vidente entonces carmelita, la hermana Lucia, e informado por el Presidente Reagan de los movimientos de tropas del Pacto de Varsovia dirigidas por Moscú que amenazaban una invasión de Polonia, como ya había sucedido con el Berlín comunista en 1953, Hungría en 1956 y Checoslovaquia –«la primavera de Praga»– en 1968, se decidió por efectuar una nueva y casi completa consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María en Roma el 25 de marzo de 1984.
Sus efectos serán contundentes, con el derrumbe del Muro de Berlín y la desaparición de la mismísima URSS sin mediar violencia alguna entre la OTAN y su homónima soviética. «No hay meras coincidencias», había asegurado el Papa polaco, y serán muy numerosas las producidas entre las fechas de sucesos históricos ocurridos en la pequeña aldea portuguesa entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, y otros relevantes acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial – sobre la que la Virgen precisamente vino a decir qué había que hacer para evitarla– y durante la «Guerra Fría». Hay mucho más y muy llamativo. Seguiremos.
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