El trípode
Hoy, «seguro de vida eterna»: «primeros sábados»
La mayor dificultad sobrevenida para la salvación de las almas tras esos acontecimientos facilita la comprensión de esas sucesivas gracias sobrenaturales concedidas para ayudar precisamente a su salvación
Mientras esperamos a que se calmen las aguas del tsunami mundial provocado por la guerra comercial arancelaria, es bueno recogerse y reflexionar acerca de una devoción que este año cumple su centenario -y dada en España- siendo hoy uno de los días señalados para cumplirla . Es la conocida como de los «cinco primeros sábados de mes», que tristemente está muy olvidada desaprovechando una gracia de un extraordinario valor concedida por el Cielo por medio de la Virgen María de Fátima. Hoy sería pues una magnífica oportunidad de comenzarla, al ser el primer sábado del mes de abril, aunque cualquiera de los 12 existentes en el año es una oportunidad para ello. Es una devoción, constituye un «seguro de vida eterna», al garantizar que la persona que la cumpla en el momento de su muerte recibirá la gracia necesaria para garantizarle la salvación de su alma. Esta devoción es similar a la de los «nueve primeros viernes de mes» -aunque sea más fácil su cumplimiento al ser menores los días exigibles-, siendo muy importante conocer cuándo, por quiénes y por qué fueron establecidas para poder darles el gran valor que poseen. La de los viernes la estableció el Sagrado Corazón de Jesús a finales del siglo XVII a una joven religiosa, hoy santa Margarita María de Alacocque, y es relevante que la concedió al venir para prevenir la Revolución Francesa. La de los sábados, la comunicó el 10 de diciembre de 1925 la Virgen de Fátima, tras el triunfo de la Revolución bolchevique, y la dio a conocer por medio de Lucía cuando se formaba en el noviciado de las religiosas Doroteas en Pontevedra. En la Historia mundial esas dos revoluciones han marcado sendos «parteaguas» de la misma, estableciendo sendos puntos de inflexión entre la sociedad de la antigua Cristiandad europea y la posterior, con los valores instaurados por esas revoluciones que marginarían a Dios de ellas. La mayor dificultad sobrevenida para la salvación de las almas tras esos acontecimientos facilita la comprensión de esas sucesivas gracias sobrenaturales concedidas para ayudar precisamente a su salvación. También conviene destacar que el Señor quiso establecerlas para que fueran venerados unidos los dos corazones, el Sagrado Suyo junto al Inmaculado de Su Madre. Y reconociéndolos como los que -de haber cumplido sus peticiones- habrían obtenido las extraordinarias gracias de evitar nada menos que la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial así como la expansión de «los errores de Rusia por el mundo» -el comunismo, al transformar la revolución bolchevique a Rusia en la URSS. Grandes ayudas para la salvación en el mundo actual.