Economía
El abismo más atractivo
El parlamento francés ha tumbado el plan de ajuste del dimisionario primer ministro Françoise Bayrou y la prima de riesgo de la deuda gala se ha disparado por encima de los 82 puntos. El paso de Francia hacia el abismo, por mucho que atraiga a algunos, puede contagiar a España
José Ortega y Gasset (1883-1955) defendía que «toda realidad ignorada prepara su venganza». El filósofo español quizá no lo percibió en su momento, pero en ocasiones la venganza de la realidad cuando se considera ignorada es inmediata. Acaba de ocurrir en Francia, en Argentina y en Japón casi al mismo tiempo. El parlamento francés ha tumbado el plan de ajuste del dimisionario primer ministro Françoise Bayrou y la prima de riesgo de la deuda gala se ha disparado por encima de los 82 puntos, la más alta –¿quién lo diría– de la Unión Europea, solo por delante de la italiana, pero doce puntos más alta que la griega. La oposición francesa y una gran parte de la opinión pública no quieren ni oír hablar de ajustes, de contención del gasto, por más que el país esté al borde del precipicio económico, con déficits galopantes y una deuda de más de 3,3 billones de euros. Bayrou, con mayor o menos habilidad, ha querido poner a los franceses ante la realidad, pero muy pocos parecen dispuestos a aceptarla. Muy lejos de allí, en Argentina, el peronismo le ha dado un buen revolcón en las elecciones de Buenos Aires a Javier Milei. El presidente argentino es polémico y su política discutible, pero el objetivo peronista es volver a las políticas clientelistas fracasadas tantas veces en el país austral. Quizá la solución no sea Milei, pero desde luego el peronismo no la tiene, aunque los argentinos parecen decididos a volver a negar una vez más realidad. Por si acaso, el dólar se ha disparado frente a la moneda argentina y el dinero vuelve a salir otra vez a espuertas del país. Por último, en el otro extremo del mundo, en Japón, también pintan bastos tras la dimisión/caída del primer ministro. La bolsa ha reaccionado al alza, aunque sin estrépito, mientras que el yen se ha desplomado y la deuda pública, una de las mayores del mundo, se encarece. Los expertos y los operadores del mercado dicen que aumenta su rentabilidad, pero lo que significa es que es más cara y que a los ciudadanos les costará más pagarla. Otro ejemplo de negación de la realidad. El lío argentino quizá tenga poca repercusión y Japón también está lejos, pero el paso de Francia hacia el abismo, por mucho que atraiga a algunos, puede contagiar a España, que no debería ignorar la realidad para que no se vengue, como decía Ortega.