Sin Perdón
Los incómodos amigos de Sánchez
«Los votantes socialistas deberían preguntarse qué bueno puede salir de la mano de los enemigos de España»
Al presidente del Gobierno no le gusta que le recuerden que sus amigos políticos son los peores enemigos de España. Es un dato objetivo. Este viernes tuvimos un nuevo ejemplo con el acuerdo que alcanzó con ERC y Bildu. Ha decidido sacar adelante el proyecto de ley de Vivienda con los independentistas y los filoetarras. No es aventurado adjudicarles esa condición de enemigos, porque lo han demostrado con pertinaz insistencia. El poderoso aparato mediático al servicio de La Moncloa insiste en que esas alianzas no les producirán ningún desgaste. No lo sabremos hasta el día de las elecciones municipales y autonómicas, pero todo el mundo sabe que ERC sigue defendiendo la vía independentista. El propio Aragonès quiere un referéndum, que debe ser en lo único en lo que debe coincidir con su antiguo jefe, Oriol Junqueras, al que traicionó en la primera ocasión. No hay nada peor que ascender a un mediocre, porque nunca desaprovechará la oportunidad de acabar con aquellos que le ayudaron.
Por su parte, Otegi y sus compinches siguen insultando la memoria de las víctimas y se sienten muy orgullosos de la terrorífica obra de ETA. Es lógico, porque muchos de ellos fueron dirigentes de la banda criminal. Es en lo único en que son coherentes. Es triste que esta gente diabólica que encabeza Otegi, indeseables de tomo y lomo, sean ahora buenos amigos del PSOE. Por ello, nunca entenderé el comportamiento de Patxi López y otros dirigentes vascos que sufrieron en sus carnes la zarpa del terrorismo. Han conseguido convertir una derrota en una victoria del mal. La ley de Vivienda es otra abominación legislativa, trufada de populismo, que nos ofrece el gobierno socialista comunista. Esta exaltación del cortoplacismo con medidas demagógicas, así como otras de adoctrinamiento ideológico, es una catástrofe a medio plazo. Los votantes socialistas deberían preguntarse qué bueno puede salir de la mano de los enemigos de España y del ordenamiento constitucional. No son normas legales que atraigan la inversión, tanto española como extranjera, y ofrezcan seguridad jurídica. Es bueno recordar una obviedad: ERC y Bildu siempre quieren que la situación empeore para la secesión. Hay medidas opinables, pero lo que representan los aliados de Sánchez es una realidad incuestionable.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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