El trípode
Israel en «estado de guerra»
El PM Benjamin Netanyahu ha afirmado que el país «se encuentra en guerra y que la van a ganar», lo que obliga a analizar en profundidad lo que rodea a este muy grave suceso y sus implicaciones geopolíticas.
En la madrugada del Sábado 7 de octubre, fecha que recordábamos como la fiesta de la Virgen del Rosario por haber obtenido, gracias a su «omnipotencia suplicante», la decisiva victoria para la Liga Santa en la batalla de Lepanto frente al Imperio Otomano, una noticia tan inesperada como dolorosa y preocupante, irrumpía bruscamente en la actualidad informativa. Que el Gobierno de Israel haya declarado el «estado de guerra» ya muestra a las claras que no estamos ante un escenario por desgracia bastante común en el convulso Oriente Próximo, como puede ser un atentado terrorista o una operación militar en las fronteras con sus vecinos.
El PM Benjamin Netanyahu ha afirmado que el país «se encuentra en guerra y que la van a ganar», lo que obliga a analizar en profundidad lo que rodea a este muy grave suceso y sus implicaciones geopolíticas. Llama poderosamente la atención que una operación tan meticulosamente organizada, con miles de cohetes y drones lanzados sobre el territorio israelí, con numerosos milicianos de Hamás infiltrados, provocando numerosas víctimas civiles y secuestrando soldados y civiles para canjearlos por presos suyos, haya pasado desapercibida para la inteligencia israelí, que gozaba de un acreditado prestigio. Sin duda, la coincidencia del 50 aniversario de la guerra del Yom Kippur de octubre de 1973 con la que los países árabes liderados por Egipto intentaron vengarse de la humillante derrota sufrida en la «guerra de los seis días» de 1967, y poder negociar –como así sucedió– la devolución de los territorios ocupados en la misma, puede explicar lo sucedido, pero sólo parcialmente. Hamás es una organización terrorista palestina opuesta a la del lider fundador de la OLP, y que ahora controla la Franja de Gaza, mientras ésta administra los territorios ocupados de Cisjordania.
Su vinculación con la República Islámica del Irán de los Ayatollas de quien recibe toda la ayuda necesaria es bien conocida, por lo que el riesgo de una guerra de alcance imprevisible es una eventualidad a considerar. La enemistad entre el Irán chiíta y la Arabia Saudita sunita, puede considerarse como una hipótesis desencadenante de estas hostilidades, dada la prevista culminación de relaciones diplomáticas entre Israel y los Saudíes, además de con los Emiratos Árabes, Sudán y Marruecos. Todo Occidente con EEUU al frente se ha posicionado con Israel, condenando a Hamás con la excepción de España, cuyo «progresista y convivencial» Gobierno está dividido entre unos y otros. La vicepresidenta Yolanda encabeza la suma de las 15 siglas comunistas, que, haciendo gala de su «progresismo» apoyan a la organización terrorista islámica. Mientras, se desarrollaba la manifestación constitucionalista de Barcelona. Hablaremos de ella.
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