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Los puntos sobre las íes

Izquierda putera, pederasta y violadora

Casi tan grave como estos hechos resulta el silencio cómplice, cuando no encubridor, de prácticamente todas las mujeres del PSOE, Podemos, Sumar e Izquierda Unida

Que a buena parte de la cúpula del PSOE le gustan las prostitutas más que a un tonto de baba un lápiz no es una hipérbole sino la vida misma. Por mucho que Ferraz se limite cínicamente a centrar todo en José Luis Ábalos, pinchan en hueso porque la memoria histórica dictamina más allá de toda duda razonable que hubo socialistas que con el dinero público de los ERE se perfumaban la nariz con cocaína y se iban de putas y que en plena pandemia el cocainómano Tito Berni y otros ilustres socialistas se saltaban los toques de queda que ellos mismos habían dictado para visitar Sombras, una de las casas de lenocinio más famosas de Madrid, situada en el exclusivísimo barrio de El Viso. Lo cierto es que en puterismo y en delincuencia sexual la izquierda gana por goleada a la derecha patria. No son cuentos, son cuentas. Esta misma semana hemos conocido que Martiño Ramos, un capo de la Izquierda Unida gallega de Yolanda Díaz, se ha dado a la fuga tras ser condenado a 13 años de cárcel por violar a una niña de 12 años a la que daba clases de música en Orense. Su nivel de depravación era tal que, no contento con obligar a la chiquilla a hacerle felaciones, también practicaba el sadomasoquismo con ella. «Quiero morderte en la mesa del profe, ¿tienes vibrador?», le decía este desalmado que ha puesto pies en polvorosa gracias a una serie de ¿errores? de la Administración de Justicia. Este hijo de perra al que deseo lo peor, y cuando digo lo peor imagínense lo peor, era habitual en concentraciones feministas. Podemos también ha tenido pederastas que, para mí, es lo peor que se puede ser en la vida por delante de terrorista o asesino. Pedro Palacio era el número 2 de Podemos en Castilla y León cuando Okdiario desveló que había sido condenado en sentencia firme por abusar sexualmente de una niña de tres años cuando él tenía 17. Xabier Ron, antaño mano derecha de Yolanda Díaz, está entre rejas desde enero por haber abusado presuntamente de una menor. El PSOE tampoco puede tirar la primera piedra porque su procurador en Castilla y León Juan Luis Cepa tuvo que coger las de Villadiego en 2024 tras ser imputado por violar a una muchacha. Otro correligionario, el concejal chiclanero José Alberto Cruz, fue arrestado por prácticas exhibicionistas ante menores. Todo muy asqueroso. Pero no queda ahí la retahíla de delincuentes sexuales. El caso más paradigmático es el del dúo Monedero-Errejón, que se jactaban de ser los más «feministas» y «progresistas» del mundo mundial. El primero, un ser ya de por sí repugnante, ha sido apartado de la docencia en la Complutense tras un sinfín de denuncias por acosar a alumnas. El segundo continúa imputado por haber violado a la actriz Elisa Mouliaá tras irse de rositas de su patada en el estómago a un jubilado con cáncer de colon. Aunque en este macabro apartado Podemos e Izquierda Unida les dan sopas con honda, el PSOE también ha tenido en sus filas violadores de mujeres adultas. A su antaño concejal en Madrid Chema Dávila le cayó un año de prisión por tocamientos a una militante, hecho que él limitó en el juicio a «un masaje relajante». Con todo, casi tan grave como estos hechos resulta el silencio cómplice, cuando no encubridor, de prácticamente todas las mujeres del PSOE, Podemos, Sumar e Izquierda Unida ante estas malas bestias, con Yolanda Díaz como vergonzante símbolo. Esto sí que es machismo, una conducta machista nivel dios para ser exactos.