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El trípode

Los MUROS sanchistas: para separar a los españoles

La sangrienta persecución religiosa del Frente Popular largocaballerista tiene ahora su sucesión en la actual versión sanchista, no menos radical

Tras ya más de siete años con Sánchez instalado en el Gobierno, es de dominio público lo que es y cómo actúa su infausto Frente Popular social comunista sanchista, que está provocando un deterioro sin precedentes en la historia de la reputación internacional de España. Lo que es lógico que suceda así, por cuanto es imposible pretender conseguir el respeto internacional cuando te mantienes en el poder apoyado en personajes políticos como Otegi y Puigdemont, un exterrorista que lidera una formación Bildu –de la que Sortu forma parte mayoritaria–, sucesora política de ETA, banda autora de más de 850 asesinatos y multitud de víctimas con sus atentados que ensangrentaron España durante casi cuarenta años. Y de un presidente del gobierno de la Generalitat de Cataluña, que promovió y ejecutó un golpe de Estado contra el fundamento mismo de la Constitución, que en su artículo 2 establece que es la «indisoluble unidad de la nación española». Y que huyó de la Justicia residiendo en el extranjero por tener una orden de detención contra él pese a haber sido amnistiado por Sánchez. Los Frentes Populares fueron una iniciativa política de la URSS de tiempos de Stalin y que se concretó en España en 1936 con el resultado de una Guerra Civil. Ahora Sánchez lo ha resucitado con un PSOE convertido en una mera plataforma política al servicio de sus intereses, al estilo de sus colegas iberoamericanos del Grupo de Puebla, como Lula da Silva, Petro, Boric, Sheinbaum, AMLO, etc. Su actual Frente Popular social comunista no puede sobrevivir sin promover tensión, división, radicalización y confrontación en la sociedad. No se olvide de lo que aquel micrófono no apagado desveló al respecto, en una entrevista televisiva al predecesor líder socialista y actual mentor de Sánchez en plena campaña electoral de 2008: «Nos interesa que haya tensión…». Actualmente, ante la proximidad del 50 aniversario del fallecimiento de Franco, vuelven a resucitar su vengativa memoria tras haber exhumado ya su cadáver en 2019. El espíritu de la Constitución española pactada en 1978 con un deseo de reconciliación entre representantes políticos del franquismo y la oposición, superando la fractura de la guerra civil de 1936, está dinamitado al querer establecer un nuevo orden político más propio de una autocracia populista que de una democracia organizada como una monarquía parlamentaria occidental. La «resignificación» (descristianización) del Valle de los Caídos, convertido en CuelgaMUROS (sic), es su nueva entrega en el camino de la autocracia sanchista. La sangrienta persecución religiosa del Frente Popular largocaballerista tiene ahora su sucesión en la actual versión sanchista, no menos radical, y constructora de MUROS para separar y enfrentar entre sí a los españoles.