El trípode del domingo
Libertad de expresión no es reírse del SCJ
Por si no existiera ya en España una gran polarización política, la coalición gubernamental quiere que sea propio de su concepto de la libertad de expresión las ofensas hacia los sentimientos y creencias religiosas.
Por si no existiera ya en España una gran polarización política, la coalición gubernamental quiere que sea propio de su concepto de la libertad de expresión las ofensas hacia los sentimientos y creencias religiosas. Con esa finalidad ya los grupos de esa coalición registraron en el Congreso de los Diputados el pasado 10 de enero una proposición de ley para reformar el artículo 525 del Código Penal que castiga con diversas penas esas conductas. La precipitación de esa iniciativa –que trae causa del «Plan de Acción por la Democracia» acordado por las siglas integrantes del sanchismo– ha sido el caso de la «estampa» del Sagrado Corazón de Jesús que una cómica mostró la pasada Noche Vieja en la emisión por TVE de las campanadas de medianoche. En ella el rostro de Jesucristo apareció sustituido por la cabeza de una vaca, lo que provocó una reacción por parte de los católicos ofendidos que se materializó en una querella ante la Justicia. Ello motivó a su vez una reacción del Gobierno que por medio de su triministro afirmó en X «Día 1 y primer intento de los ultras de amedrentar». «En 2025 impulsaremos la reforma del delito de ofensas religiosas para garantizar la libertad de expresión y creación…». Y sin esperar a la aprobación de esa reforma ya tenemos los primeros efectos por cuanto el juez ha desestimado esa querella considerando que la libertad de expresión lo ampara. Basta observar cómo los medios progresistas trataron la reacción a esa conducta de la cómica, imitando al triministro que les indicó el camino, que fue seguido cual la consigna oficial por todos ellos: calificar de ultraderechistas a quienes se sintieron ofendidos por ese hecho, lo que cuando menos afecta a más de la mitad de la población española que se define como católica. En esos medios, ante la reacción contraria a dicho suceso por parte del Presidente de la Conferencia Episcopal y Arzobispo de Valladolid, le acusaron de «ponerse de parte de los ultraderechistas». (Por cierto, todas las confesiones cristianas y demás religiones se han manifestado en contra de esa reforma del Código Penal). Precisamente en Valladolid se encuentra el Santuario Nacional de la «Gran Promesa» del Sagrado Corazón de Jesús al joven novicio jesuita, hoy beato, Bernardo de Hoyos en 1733: «Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes». Ese reinado –en los corazones de los españoles– es duramente combatido por aquel definido por Jesucristo como el que aspira a ser el «príncipe de este mundo». Anteayer se produjo en una localidad de Valladolid otro robo sacrílego de sagradas formas de un sagrario. Seguidores de ese príncipe.