Aunque moleste
Más voto por correo que nunca
Exigir el DNI es imprescindible para evitar la más mínima sospecha sobre el sufragio postal
Mejor las generales ya antes que agotar al ciudadano con seis meses de precampaña estéril que sólo servirían para disparar el gasto en dádivas gubernamentales. Por eso Sánchez, tan dado a medidas presidencialistas, debería ahora promover una decisión fundamental, si quiere ahuyentar cualquier asomo de suspicacia. Tiene que impedir que ni un solo español pueda votar el 23 de julio por correo sin la obligación de mostrar su identificación personal a través del DNI. Según las estadísticas, en pleno verano puede haber 6 millones de españoles residentes de vacaciones, lo que convierte el voto postal en una de las posibles claves del resultado, dado que la diferencia entre PSOE y PP está hoy en 800 mil sufragios. De ahí que sea tan importante evitar sospechas como las que se derivan de los espectáculos bochornosos de compra de votos detectados en la recta final de la campaña municipal, al que no han sido ajenos algunos candidatos socialistas. Lo lógico sería hacer una leve modificación de la legislación electoral por la vía de urgencia utilizando la Diputación Permanente. O bien solicitar a la Junta Electoral Central que exija el DNI en Correos en todo el territorio nacional, tal y como se resolvió in extremis en Melilla.
Abundan en los cenáculos las teorías sobre por qué el presidente ha decidido adelantar las elecciones antes que agotar la legislatura. La primera es para evitar críticas internas, algo que ciertamente consigue porque una noticia tapa la anterior y no hay lugar al debate ante la premura de las elecciones. En segundo lugar, la de sorprender al PP en medio de sus alianzas post-electorales con Vox, como si el espantajo del miedo a la ultraderecha pudiera ahora funcionar para movilizar a la izquierda. No ha sido así en las locales, dado que Vox ha crecido allí donde gobierna con el PP: en Castilla y León no sólo han subido los coaligados sino que ha bajado el PSOE, luego el argumento del miedo parece inconsistente, pues no lo han valorado así los votantes. Más a más, Feijóo no tiene necesidad de pactar con Abascal en ningún Ayuntamiento. La norma de la-lista-más-votada permite el acceso de los populares a la mayoría de los gobiernos sin el soporte verde. Y los pactos autonómicos en Murcia, Aragón, Baleares, Extremadura y Valencia se pueden dilatar en procedimientos de acuerdo con los diferentes estatutos.
No hay que olvidar el posible componente personal de la decisión. Sánchez aspira a un cargo internacional, y está en juego para el otoño la secretaría general de la OTAN, amén de otros en Bruselas y la ONU. Si pierde en julio, como sería lo normal tras la debacle del domingo, sus padrinos de Davos le encontrarán un puesto de relevancia en el exterior, en pago a los valiosos favores prestados.
El jefe del Ejecutivo cree, por lo demás, que se puede repetir la «proeza» de 2008, cuando Zapatero se impuso a Rajoy pese a haber perdido en 2007 las municipales por 150 mil votos. Nada parecido a lo de ahora, aunque es cierto que, forzando la unión de Podemos con Sumar, y movilizando a la izquierda, la victoria del Frankenstein no es imposible. La alta participación siempre favoreció al PSOE. En esa estrategia están ahora.
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