El trípode

La Milicia de la Inmaculada de Kolbe

Cuando era prisionero en Auschwitz, el franciscano Maximiliano María Kolbe se ofreció voluntariamente a morir en lugar de un padre de familia

En 1941, el franciscano polaco Maximiliano María Kolbe estaba preso en el campo de concentración de Auschwitz. El 3 de a agosto de ese año, tras la fuga de un prisionero, el comandante escogió a diez presos para que, en represalia, murieran de hambre en el calabozo. Uno de ellos era un sargento polaco casado y con hijos, que comenzó a sollozar por la desgracia de dejar abandonada a su familia. Entonces Kolbe dio un paso al frente y se ofreció a morir por él. Aceptado el canje, ingresó en la celda donde el 14 de agosto fue rematado por una inyección letal, al seguir todavía con vida.

El 10 de octubre de 1982, el Papa polaco san Juan Pablo II le canonizaba. La multitud que se congregó ese día en la Plaza de San Pedro aguardaba expectante por si el Papa le proclamaba santo como mártir. Una atronadora ovación saludó su presencia al acceder a la Plaza. Su vestimenta litúrgica del color rojo sangre, daba respuesta al interrogante: Kolbe era reconocido santo «mártir de la caridad, del amor», según el Evangelio de san Juan: «No hay amor más grande que el dar la vida por sus amigos».

Testigo en Roma de aquel emocionante acontecimiento fue el anciano sargento cuya vida salvó el martirio de Kolbe. San Maximiliano María fue un gran devoto de la Inmaculada Concepción, a la que consagró su vida fundando en Roma la « Milicia de la Inmaculada» en 1917, tras contemplar una blasfema manifestación que amenazaba con el destronamiento del Papa con ocasión del bicentenario de la fundación de la masonería en 1717.

En un convento cercano a Varsovia fundó la primera «Ciudad de la Inmaculada», que editaba la revista mensual « El Caballero de la Inmaculada», con una tirada en 1922 de 500 ejemplares, alcanzando el millón en 1939. De misión en Japón en 1931 hizo lo propio fundando otra Ciudad de la Inmaculada, con su propia revista en japonés. Por medio de Ella quería conquistar las almas para Cristo utilizando todos los medios moralmente lícitos, valiéndose de los avances tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones. Todo un visionario adelantado a su época.

Kolbe celebró su primera misa en San’t Andrea delle Fratte, una basílica localizada junto a la Plaza de España de Roma, que está presidida por el monumento a la Inmaculada. En esa iglesia precisamente se le apareció la «Tota Pulchra» al hebreo Alfonso María de Ratisbona en 1842, provocando su conversión instantánea al catolicismo. La belleza de la Inmaculada que allí se venera es imposible de superar.