El trípode del viernes
Nueva geopolítica global
Sus mensajes sobre Groenlandia y la Franja de Gaza en particular, son de un calado muy profundo, e indican una idea de lo que entiende por su lema «MAGA» −«Make America Great Again»−, no como un mero eslogan de campaña electoral
El regreso de Trump a la presidencia de los EEUU hace dos semanas, ya pone de manifiesto que no se trata de la mera alternancia de una administración demócrata por una republicana, sino que marca un punto de inflexión en la política exterior estadounidense y, por tanto, de la geopolítica global. Sus mensajes sobre Groenlandia y la Franja de Gaza en particular, son de un calado muy profundo, e indican una idea de lo que entiende por su lema «MAGA» −«Make America Great Again»−, no como un mero eslogan de campaña electoral, sino como un objetivo que está dispuesto a alcanzar. En concreto, esos dos mensajes afectan a territorios muy distintos y distantes entre sí y de los EEUU, pero actualmente ya colocados en el foco de la atención y preocupación pública mundial. Junto a ellos, ya ha acreditado también su voluntad de atajar la masiva inmigración irregular procedente de sus dos grandes países fronterizos, Canadá al norte y México al sur. Su estrategia negociadora con ambos, basada en la imposición de elevados aranceles a su comercio exterior en su condición de países también de tránsito de dichos inmigrantes, ya ha tenido eco inmediato en ellos, así como en sus países de procedencia, como es el caso de la Colombia de Petro, entre otros. Es una «guerra sin armas» pero que ha demostrado su eficacia tanto con la «progresista» Sheinbaum como con Trudeau, también advertido de ese «deseo» de convertirlo en el 51 Estado de la Unión. De momento, y respecto a México, en ese aspecto se «limita» a cambiar de denominación al Golfo que anteriormente se denominó de la «Nueva España» en tiempos de nuestro Virreinato. Pero, por si acaso, ya ambos dirigentes se han comprometido a desplegar 10.000 efectivos de policías y militares para controlar sus respectivas fronteras a cambio de que Trump suspenda por un mes la entrada en vigor de los nuevos aranceles. A esa realidad geográfica tan próxima a EEUU, podemos añadir los acuerdos con Bukele en El Salvador, para acoger en sus prisiones −que albergan a multitud de personas encarceladas para cumplir su compromiso de atajar la masiva delincuencia en su país−, a inmigrantes deportados originarios de otros países. Este importante compromiso electoral de Trump tiene así ya encauzado su cumplimiento, mientras el futuro de la Franja de Gaza, con 1,8 millones de palestinos, se comienza a negociar con Netanyahu en Washington. Dinamarca está a la espera de que mueva pieza sobre Groenlandia, al igual que la UE y la OTAN con la financiación de su Defensa y los aranceles en la agenda correspondiente. China, Rusia y los BRICS, a la espera.