«De Bellum luce»

Page y los socialistas cobardes

La parálisis de Page y de otros referentes socialistas no saldrá gratis al PSOE. Todavía están a tiempo de reaccionar

El PSOE asiste paralizado, con olor a difunto, al proceso de negociación de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont, el ex presidente catalán huido de la Justicia española. La facilidad con la que el Partido Socialista ha ido flexibilizando sus líneas rojas en la negociación con el independentismo allana el camino a Sánchez, pero coloca a los socialistas en un proceso de renuncia a sus raíces y principios ante el que los actuales dirigentes del PSOE asumen una responsabilidad histórica.

Solo Emiliano García Page está en condiciones de hacer frente a la deriva que exige la investidura de Sánchez. El presidente manchego es respetado dentro de la organización socialista y representa los ideales tradicionales con los que se identifica la mayoría del socialismo. Aunque, por ser justos, hay más voces que callan y que también tienen una responsabilidad en el camino elegido por el «sanchismo» para continuar en el poder, un camino que exige poner la Presidencia del Gobierno de España en las manos de Puigdemont, con Junqueras y Otegi de comparsas de la función. Callar en público lo que cuentan en privado del presidente en funciones supone un acto de cobardía y una traición absoluta al partido al que representan.

La parálisis de Page y de otros referentes socialistas no saldrá gratis al PSOE. Todavía están a tiempo de reaccionar, en un movimiento que surja desde dentro y que asuma que mantener a Sánchez en el poder a costa de ponerse en manos de los que quieren destruir España lo pagará caro su partido y también España.

Porque lo que está en juego es tan trascendente que no vale con esconderse en el poder autonómico o en la caridad que quizás todavía esperan que el «sanchismo» tenga hacia ellos. El tiempo aprieta porque la negociación está ya en marcha y los «fontaneros» del presidente en funciones están abiertos a pactar como sea. Es comprensible que puedan tener miedo de que los satélites mediáticos de la izquierda, obedientes con quien reparte, lancen una campaña en su contra, pero el silencio les hace cómplices de lo que ellos mismos califican de «traición a España» cuando no hay micrófonos delante.

El dique constitucional que urge a España necesita de Page y del Partido Socialista Obrero de España. Y todavía tienen en sus manos la posibilidad de decir en alto lo que piensan de lo que están haciendo los «fontaneros» encargados de la negociación. Esta partida no va ya de disputas de partido y tacticismo orgánico. Y todos ellos lo saben.