El trípode

El peligro para la democracia

No es una cuestión menor que Vox haya puesto a disposición del PP sus 33 diputados para apoyar la investidura de Feijóo sin exigir su presencia en el gobierno como contraprestación política para ello

No es una cuestión menor que Vox haya puesto a disposición del PP sus 33 diputados para apoyar la investidura de Feijóo sin exigir su presencia en el gobierno como contraprestación política para ello. Es un cambio significativo en la posición que tanto a nivel autonómico como municipal venían aplicando y por lo mismo es un gesto a considerar seriamente. De momento Feijóo ha aceptado y valorado el gesto y ofrece un gobierno en solitario del PP con apoyo transversal de fuerzas políticas constitucionalistas.

El PNV ya ha reiterado su posición negativa a facilitar un gobierno que «por acción u omisión se apoye en Vox» lo que resulta un dato que dificulta claramente un eventual éxito de la iniciativa. Esta nueva situación vuelve a colocar en primera plana el debate acerca de la vigencia del nefasto Pacto del Tinell que el PSC con pleno respaldo del PSOE de Zapatero, promovió en Cataluña en 2003 con las fuerzas con las que pactó el primer Tripartito para gobernar la Generalitat en diciembre de 2003. El recuerdo resulta de particular interés en la actualidad, por cuanto fue lo que sentó las bases del inconstitucional procés cuyas nefastas consecuencias todavía se padecen en España. Pasqual Maragall fue el president de aquella coalición del PSC con ERC y la marca política del comunismo catalán del momento iC, «iniciativa per Catalunya», es decir el PSUC de siempre.

Ese Govern tripartito promovió sin consenso ninguno ni demanda previa por parte de los actores políticos del momento –ni siquiera de CiU, que con Pujol al frente de la Generalitat durante 23 años no lo había efectuado–, un nuevo Estatut, derogando el vigente hasta entonces y conocido como el «de Sau» que databa de 1979. Ese nuevo Estatut por su contenido claramente inconstitucional generó la dinámica política que emergió con fuerza mediante el «procés», al acceder el PP al gobierno de España en 2011. Es necesario no olvidarlo porque el PSOE una vez más en la Historia de España, ha sido el responsable principal de un grave atentado contra el orden constitucional vigente y otra vez con Cataluña de protagonista destacado. Lo hizo en octubre de 1934 promoviendo un golpe de Estado revolucionario contra el legítimo gobierno de la República y con Sánchez ha tomado el relevo. Debe evaluarse debidamente que sus socios y aliados son formaciones herederos de quienes han promovido la ruptura de España mediante el asesinato y la violencia indiscriminada, y quienes lo han intentado mediante un auténtico golpe de Estado con la DUI. Pero el peligro para la democracia es el partido de Ortega Lara.