Y volvieron cantando

La piña sanchista

La contestación interna se reduce a Page y poco o nada más, ergo haga lo que haga y vaya donde vaya, la esencia del sanchismo esta inoculada…

¿Sobrellevaría el actual PSOE entregado más que nunca al cesarismo y el culto al líder una espantada de su timonel en forma de cargo europeo con relumbrón saliendo por la puerta delantera de nuestra política y sin necesidad de volver a jugársela al todo o nada en los próximos comicios generales toquen cuando toquen? Ignoro si el partido socialista tal como muchos se empeñan en seguir contemplándolo camina hacia un suicidio en diferido, pero, por si cabían dudas, los últimos movimientos de alfiles y peones en el triángulo Moncloa-Ferraz-Carrera de San Jerónimo han terminado por firmar la defunción del PSOE «de antes» dando paso a la consolidación de una inmensa maquinaria de poder alimentada exclusivamente por el incuestionable fin último de una permanencia de Sánchez al frente del gobierno, que revierte directamente en la supervivencia de un interminable elenco de cargos a nivel nacional. Tal es la solidez de la construcción que los principales cimientos podrían aguantar incluso una espantada de Sánchez a otros menesteres internacionales. Todo quedaría –así se pretende– atado y bien atado.

Se hacía eco este periódico hace escasos días en una más que interesante y documentada información firmada por Carmen Morodo, de cierta inquietud en el seno del PSOE –del sanchismo par ser más exactos, aunque este partido ya no es otra cosa más que sumisión al líder– a propósito de un rumor que ira in crescendo según el cual Pedro Sánchez estaría en la terna para presidir el consejo europeo junto al italiano Mario Draghi y algunos otros nombres desconocidos, pero no por ello irrelevantes. Un golpe de timón en la personal carrera política del actual presidente sobre la que –no nos engañemos– ha girado el devenir público en nuestro país durante los últimos años y que supondría una salida especialmente digna para quien afronta la legislatura más compleja de nuestra democracia desde el punto de vista parlamentario, en forma de permanente y asfixiante inestabilidad. Una marcha rápida hacia el portaaviones de Bruselas.

Sánchez ha amordazado al en otro tiempo todopoderoso comité federal, ha sembrado la dirección federal de nombres de su consejo de ministros y ha enterrado el debate interno sobre la amnistía. La contestación interna se reduce a Page y poco o nada más, ergo haga lo que haga y vaya donde vaya, la esencia del sanchismo esta inoculada…otra cosa es que cuando no haya harina les llegue la mohína.