Sin Perdón

La pinza de Sánchez y Abascal contra Feijóo

«Sánchez necesita la radicalización y movilizar a sus votantes con esa chorrada de que llegan los fachas»

A pesar de la euforia gubernamental y los denodados esfuerzos de la izquierda mediática sembrando la duda sobre un futuro gobierno del PP, la campaña contra Feijóo demuestra que la realidad es diametralmente opuesta. A ella se ha sumado gozoso Abascal y Vox que parece que se sienten cómodos en la oposición. Es cierto que puede producir una situación de confortabilidad, porque no se asumen responsabilidades y se hacen propuestas de cara a la galería. El problema es que desalojar a los comunistas del gobierno y acabar con la influencia de los independentistas, los filoetarras, los antisistema y otros aprovechados que han montado su chiringuito en el Congreso requiere que el centro derecha gane las elecciones. Es bueno observar lo que sucede en Francia e Italia. La familia Le Pen tiene un partido en propiedad, algo ciertamente pintoresco, que es muy importante, pero nunca consigue alcanzar el gobierno de la nación o la presidencia de la República. Las elecciones se suceden mientras los franceses se movilizan en la segunda vuelta para impedir que el populismo de derechas consiga alcanzar el poder. No sé si algún día lo conseguirá, pero lo veo difícil mientras no se modere y mejore su imagen casposa.

El centro derecha hubiera podido gobernar en España sin problema, pero la fragmentación en tres partidos lo hizo inviable. La situación ha cambiado con la descomposición de Ciudadanos. Por ello, Sánchez necesita la radicalización y movilizar a sus votantes con esa chorrada de que llegan los fachas. Durante años, ha blanqueado a los comunistas, los antisistema, los filoetarras y los independentistas. La propaganda gubernamental ha sido muy hábil y ha contado con el apoyo de la izquierda mediática. La situación en Italia es muy interesante. Meloni y su partido se han centrado. No dan miedo a nadie. Hace unos años era una política que formaba parte de una formación marginal, pero ahora es la primera ministra italiana. El desespero de la izquierda política y mediática italiana es que lo está haciendo bien. Es su peor pesadilla. Abascal y sus asesores se equivocan si esperan que algún día sea nuestro Meloni, porque una nueva legislatura de socialistas y comunistas, con sus leyes de ingeniería social, será un desastre.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)