
A pesar del...
Propiedad y camelos de la izquierda
El truco es el del viejo comunismo desde Marx: se debe violar la propiedad privada, porque en realidad, solo va a sufrir «una minoría de usurpadores»
He leído en elDiario.es una nueva muestra de propaganda antiliberal. Titular y antetítulo: «Desmontando el mito del pequeño propietario: tienen los mayores ingresos y el 3% acumula el 60% de las rentas. Un estudio señala que el mito del “pequeño propietario” y el “casero vulnerable” son estrategias de los grupos de presión y las patronales inmobiliarias para perpetuar el statu quo del rentismo, frente a la evidencia de los datos». Es decir, la propiedad privada no es un derecho porque no la tienen los pequeños sino los grandes, que son ricos, malos, privilegiados y encima anticientíficos. No sé si está claro, señora.
La manipulación brillaba hasta en la foto, con una «manifestación en defensa de una vivienda digna», y esta pancarta: «No puedo comprarme una casa porque estoy pagándole la hipoteca a mi casero». En ningún momento el artículo se preguntaba quién paga las viviendas dignas, y se limitaba a pedir más intervención en el mercado, es decir, precisamente lo que ha provocado el encarecimiento de los pisos. Tampoco se preguntaba qué tiene de malo alquilar y que el casero dedique el alquiler a lo que le convenga, por ejemplo, a terminar de pagar la casa que ha puesto en alquiler. De hecho, parece que el alquiler mismo está mal porque es «rentismo», como si uno no fuera libre para disponer de lo propio. Demasiados mitos para un texto que presume de desmitificar.
Presume, pero no lo hace. Los «datos» no prueban nada que los prejuicios no hayan avalado previamente, y los estudios proceden a descubrir el Mediterráneo. Por ejemplo, el 79 % de los arrendadores de Barcelona poseen solo una vivienda que alquilan. El 1,2 % de los arrendadores tienen más de 15 pisos, y cuanto más caros son más les afecta el control de los precios. Incluso revelan que los propietarios suelen tener ingresos superiores a los de los inquilinos. Asimismo, les parece «revelador» que ese 1,2 % acumule el 24 % de las rentas generadas en la ciudad.
El truco es el del viejo comunismo desde Marx: se debe violar la propiedad privada, porque en realidad, solo va a sufrir «una minoría de usurpadores».
Y perdió el periódico la oportunidad de explicar por qué el intervencionismo de la izquierda ha agravado el problema de la vivienda, especialmente en Cataluña.
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