El Trípode

Reflexión tras el desencanto

Más allá de voluntarismos inútiles y de deseos alejados de la realidad, ésta se va imponiendo claramente a medida que el paso de las horas permite disponer de una perspectiva sin que «las hojas impidan ver el bosque» de lo acaecido el 23-J

Más allá de voluntarismos inútiles y de deseos alejados de la realidad, ésta se va imponiendo claramente a medida que el paso de las horas permite disponer de una perspectiva sin que «las hojas impidan ver el bosque» de lo acaecido el 23-J. A esta distancia temporal y vistas las primeras reacciones de los portavoces de los partidos aliados y prioritarios (ERC y EH Bildu), se puede asegurar que más allá de la correspondiente escenificación, los 13 diputados que ellos representan se sumarán a los 153 de «Pedro y Yolanda», alcanzando los 166. Frente a estos se encuentran los 169 del PP y VOX, y quedan Junts, PNV y BNG, que suman otros 13, pero el PNV se ha reiterado totalmente incompatible con VOX. Como decíamos ayer, la formación de Junts queda de esta manera como árbitro definitivo de la investidura liderada desde Waterloo por Puigdemont, que exige «referéndum de autodeterminación y amnistía» como contraprestación política por sus 7 votos. El contenido de ambas demandas no cabe en la Constitución, pero ello es ahora un obstáculo superable por el sanchismo mayoritario en el TC. A fecha de hoy, así están las cosas, a la espera de que el día 17 de agosto se constituyan las Cortes y afloren los primeros pactos para conformar la Mesa del Congreso. No habrá necesidad de ellos para la Cámara de representación territorial, el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, cosa que puede dar un margen de juego legislativo a la oposición frente al sanchismo parlamentario, pero siempre limitado, ya que el Congreso es el que tiene la última palabra en el procedimiento legislativo.

Pueden analizarse todas las posibles variaciones por conflictos de intereses entre los aliados del sanchismo, como las existentes entre Junts y ERC por liderar el frente separatista –empatados a 7 diputados por la gran derrota republicana–, así como entre Bildu y el PNV, al que ha superado claramente en el Pais Vasco, pero todas ellas son de menor cuantía frente al riesgo de un bloqueo y unas nuevas elecciones, siempre de desenlace incierto.

De gran sorpresa puede calificarse el resultado tras darse por vencedor a Nuñez Feijóo en casi todas las encuestas, lo que ha condicionado todo el desarrollo de su campaña electoral, centrada en conseguir el voto socialdemócrata del PSOE y demonizar a VOX, cuyos votantes proceden en su gran mayoría del anterior humanismo popular. «Donde no hay convicciones todo es cálculo», y «errare humanum est». El resultado refleja una sociedad acomodaticia y hedonista, muy alejada de sus profundas raíces cristianas. El sanchismo es instrumento de purificación.