El trípode
Del «rey felón» a Sánchez
Hoy es una fecha señalada de la XV legislatura tras la constitución el 17 de agosto pasado de las Cortes, Congreso y Senado, surgidas del 23J
Hoy es una fecha señalada de la XV legislatura tras la constitución el 17 de agosto pasado de las Cortes, Congreso y Senado, surgidas del 23J. Con el debate de investidura de Feijóo que salvo sorpresa de última hora resultará fallida, empezará a correr el calendario hasta el 14 de enero. Eso, con permiso de Sánchez, que esperará a alejar su investidura lo más que pueda de las fechas del uno, tres y ocho de octubre próximos. En efecto, esas tres fechas de 2017 marcan tres momentos decisivos para el proceso separatista: comenzando por el 1 de Octubre, fecha del referéndum, exactamente un año después de que para impedir hiciera lo que viene haciendo desde que recuperó el puesto, Sánchez hubiera sido cesado de la secretaría general por el Comité Federal del PSOE. Un año después, el Govern de la Generalitat, con Puigdemont y Junqueras al frente, convocó un presunto referéndum, prohibido por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, en desarrollo de las «leyes de desconexión» con el Estado de Derecho español. Y sobre todo, de la desconexión con el más elemental sentido de la responsabilidad, sentido común y lealtad constitucional. Esa «desconexión» la había aprobado un Parlament semivacío apenas un mes antes, los días 6 y 7 de septiembre con la oposición centrista, socialista y popular abandonando sus escaños ante la evidente inconstitucionalidad de esas leyes. El que los partidos que apoyan a Sánchez sean los que odian o desprecian a España en mayor o menor grado –desde Puigdemont a Ortuzar, pasando por Junqueras y Otegi– basta y sobra para definir lo que es el sanchismo. Que a eso le llame «progresismo» es un auténtico insulto a la inteligencia. No se puede esperar respeto de los demás cuando alguien no se respeta a sí mismo, y durante la presidencia semestral española de la UE, es patética la enormidad del daño producido a la reputación de España. Ante el espectáculo de un huido de la Justicia sobre el que pesa una Euroorden de detención y entrega (OEDE), por parte del Tribunal Supremo español, que es agasajado por quien ostenta dicha responsabilidad semestral en nombre de nuestro país. Hay un rey español Fernando VII, que ha pasado a la Historia marcado por considerar haber «vendido» la Corona de España a Napoleón en las abdicaciones de Bayona de 1808. Para estos es conocido como «el rey felón». Que no espere Sánchez, tan interesado por su lugar en la Historia, un trato más benévolo que Fernando VII. No va a poder pisar la calle sin ser increpado como un felón a España.
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