El trípode

De «Rinconete y Cortadillo», a «Sánchez y Puigdemont»

El gobierno está intentando recuperarse del KO técnico que le propinó Puigdemont a Sánchez en el Congreso a cuenta de su amnistía «integral» exigida y no concedida

Mientras los agricultores españoles ven cómo sus productos son destrozados, o boicoteado su transporte en Francia, la exministra Ségolène Royal se mofa de los «tomates ecológicos» españoles, y la sequía anuncia severas restricciones en Cataluña y en el Sur, el gobierno está intentando recuperarse del KO técnico que le propinó Puigdemont a Sánchez en el Congreso a cuenta de su amnistía «integral» exigida y no concedida, al menos por el momento. Realmente no hay palabras en el diccionario de la RAE para definir lo que está sucediendo en España, desde que emergió en la política el personaje Pedro Sánchez.

En la Historia hay no pocos hombres y mujeres que ocupan un lugar destacado por sus méritos profesionales y virtudes humanas, en los diversos campos de la actividad humana, sea ésta la científica, la técnica, la educativa, la política, la económica, etc. En particular, en la actividad pública existen también no pocos destacados por oponerse a todo lo que significa trabajar por la verdad y la virtud, con nombres como Hitler y Stalin destacados en ese ranking mundial del mal. A Sánchez tal parece, por haberlo afirmado él, le preocupa el lugar que ocupará en la Historia, lo que no suele ser habitual en la conducta de quienes ya se encuentran situados en ella, al menos por los que lo están por los méritos y servicios prestados a la Humanidad, o a su país. A estas alturas, quizás ya haya acumulado no pocos méritos para poder estar seguro de que quizás un capítulo no, pero una nota a pie de página la tendrá. No estará –sin duda– junto a esos grandes tiranos, y tampoco junto a los grandes estadistas y bienhechores de la humanidad, pero tendrá su espacio.

En el gremio de Monipodio, los jóvenes Rinconete y Cortadillo (Pedro del Rincón y Diego Cortado), pugnan por hacer méritos por encontrar su lugar dentro de él, y Cervantes describe con su magistral pluma cómo lo consiguen en aquella Sevilla del siglo XVII. En la España actual no escasean los aspirantes a conseguir plaza en el Monipodio en el que parece haberse convertido para algunos la noble actividad de la política. Pedro Sánchez y Carles Puigdemont están componiendo un dúo a la altura de Rinconete y Cortadillo en su intercambio de favores mutuos. «Tú me amnistías integralmente y a la carta, y yo te permito seguir residiendo en La Moncloa y viajando en el Falcon», le dice el otro al uno. No hay duda de que ese dúo ya tiene su lugar en la historia. Cuando menos en la de la picaresca.