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Sin Perdón

Sánchez, el osito de peluche de Miriam Nogueras

«Una de sus virtudes es que cuando le interesa algo intenta ser el más simpático y seductor»

Lo más llamativo de la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles fue observar a Sánchez convertido en el osito de peluche de Miriam Nogueras. Con Feijóo se comportó como es habitual. Era el estilo chulo, arrogante y perdonavidas que le caracteriza, aunque he de reconocer que siempre me pregunto de dónde le viene esa impostura. Lo más interesante del personaje es su facilidad para asumir diversas personalidades. Me recuerda a Alec Guinness en la divertida película «Ocho sentencias de muerte», donde encarnó a ocho miembros de la familia D’Ascoyne que son los herederos de un ducado. El líder del PSOE es tan versátil como carente de convicciones, ya que Puigdemont y Nogueras saben perfectamente que los detesta. Al igual que Guinness en esa película, cada vez estoy más convencido de que no conseguirá sus objetivos y acabará su mandato sumido en el mayor de los descréditos. Es cierto que La Moncloa genera una falsa sensación de seguridad que acaba desapareciendo y el castigo es convertirse en un expresidente. Casi todos lo han llevado muy mal. Nogueras estuvo muy dura y le amenazó con retirarle el apoyo de su grupo si no cumple sus promesas.

Es lógico que todo el mundo pensara que Sánchez iba a mantener un atisbo de dignidad, pero asumió el papel de un cachorro abandonado para darle pena a la portavoz de Junts. Con una vocecita casi trémula y actitud sumisa, intentó convencerle de que había sido bueno y seguiría siéndolo. Una de sus virtudes es que cuando le interesa algo, intenta ser el más simpático y seductor. Al menos podemos respirar tranquilos, porque todavía no le han exigido que haga el pino en el hemiciclo o vaya andando desde Madrid a Waterloo para rendir pleitesía a Puigdemont. Con el objetivo de complacerla, reconoció que queda trabajo por hacer, aunque quiso dejar claro que está «cumpliendo con los acuerdos de Bruselas y con la hoja de ruta marcada con su grupo parlamentario». Nogueras sabe que Sánchez la detesta y que tiene que controlar su carácter para no tener un estallido de ira. No sé si este retrato puede incluirse en la cosificación. No hay duda de que quiere seguir gobernando, es decir, ejerciendo de osito de peluche de Nogueras.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)