«De Bellum luce»

Sánchez usa al PNV para trolear a Yolanda

Esta Legislatura condena a Sánchez a aquello que dijo Ortuzar, y que luego repitió el lendakari Urkullu, que necesita a todos durante todo el tiempo

Cuenta uno de esos colaboradores de Pedro Sánchez, caído en desgracia, que el presidente en funciones está en «su salsa». Que el clima político no le presiona ni tampoco tiene vértigo por las consecuencias de someterse al chantaje de Puigdemont durante toda la Legislatura. Le conoce bien, y dice que Pedro «va día a día», no piensa en el problema de mañana, y está tan acostumbrado «a jugar con muchas barajas», y a tener como único principio de referencia su necesidad, que acabará «engañando a todos» los que están negociando con él su investidura.

A Yolanda Díaz ya le está contando el cuento de que el PNV ha impuesto un veto sobre ella para utilizar de esta manera a los nacionalistas vascos como instrumento con el que intentar rebajar las posiciones de máximos de la líder de Sumar en la negociación de la coalición. Y la vicepresidenta del nuevo Gobierno, que así se considera ya ella, por miedo a caerse del coche oficial no deja de llamar y de rogar a los vascos para que le hagan un «poquiño» de caso y se sienten juntos a hablar y a hacerse una foto.

Veto como tal no hay, pero sí es verdad que esta Legislatura condena a Sánchez a aquello que dijo Ortuzar, y que luego repitió el lendakari Urkullu, que necesita a todos durante todo el tiempo. El PNV le dará la investidura, si Puigdemont no se sale del juego, pero se prepara para empezar un nuevo tiempo de oposición al líder socialista en el Congreso, en temas económicos y, sobre todo, en lo que tiene que ver con la construcción ideológica en la que se sostiene Sumar. No les asusta el PSE en Euskadi, porque la visión que se tiene en Madrid carece de algunas claves del terreno. El PNV está seguro de que volverá a ganar las autonómicas, y, aún en el caso de que Otegi fuera el más votado, advierten de que el PSE no está todavía en condiciones de casarse con Bildu porque sus bases no se lo perdonarían. Falta otra generación y que Otegi desaparezca de la escena política.

Pero volviendo a Pedro Sánchez, el colaborador, amigo del presidente, hoy en la lista de los caídos confiesa que le ve ya preparando su campaña hacia el Consejo Europeo. «Ni un par de años y a volar como gran estadista internacional, sin que la derecha todavía haya acabado de perdonarse la gran oportunidad perdida en 2023».