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El trípode

Sanchismo: Frente Popular de Sánchez, Otegi y Puigdemont

Por si fuera poco, es ética y moralmente inaceptable lo que significa el constante blanqueo del brazo político sucesor de ETA

Pedro Sánchez y su proyecto político, conocido como el «sanchismo», deben ser recordados en la Historia de España como la más genuina expresión de una manera de entender la política bajo el único y supremo objetivo de acceder al poder y permanecer instalado en él sin respeto a ningún principio ético y moral. Esa única ambición implica que su actuación se rija por la consideración de que «el fin (de permanencia en el poder) justifica los medios (usados para ello)». Así se explica que la verdad y la mentira no existan, consideradas para su líder supremo y único como «meros cambios de opinión». De esta manera ha cambiado de opinión respecto a todos los socios y aliados que componen su proyecto, y que le permitieron acceder al poder y permanecer en él, desde hace más de siete años, incluso habiendo perdido las elecciones. Destacan entre ellos los de Otegi, además de los separatistas catalanes. En cuanto a los de Bildu en la hemeroteca audiovisual y escrita, pueden verse sus contundentes afirmaciones respecto a que NUNCA pactaría, y que no había nada que hablar con ellos. Hoy sigue en la Moncloa, gracias a sus seis votos en el Congreso de los que es portavoz Mertxe Azpurua. A cambio de ello les regaló la alcaldía de Pamplona mediante una moción de censura contra quien era la titular tras ganar UPN las elecciones municipales. Debe tenerse muy presente a estos efectos que Navarra es un objetivo central en la estrategia de Bildu de anexión de la Comunidad Foral a su Euskadi independiente de España, con Pamplona de capital de la misma, por lo que su valor simbólico político es relevante. Por si fuera poco, es ética y moralmente inaceptable lo que significa el constante blanqueo del brazo político sucesor de ETA, hasta el punto de que su portavoz Mertxe Azpurua se permite dar lecciones de democracia desde su escaño. Ella, que desde su posición directiva en el Gara, el medio de comunicación al servicio de la banda terrorista, les señalaba potenciales objetivos, tiene en sus manos, junto a Otegi, el Gobierno de España. Y la locuaz M. Jesús Montero, vicepresidenta 1ª y candidata a la Junta de Andalucía, apoyándola con contundencia y públicamente desde su escaño en el banco azul. Esperemos se lo explique bien a los andaluces. Sin olvidar que un prófugo de la Justicia ha sido amnistiado sin arrepentimiento alguno y que también tiene en su mano el Gobierno. Por supuesto, las siglas de este PSOE y sus dirigentes, que gobiernan gracias a Otegi y Puigdemont, están manchadas de total indignidad ante la verdadera memoria histórica de España y los españoles.