Ventanilla única
El «sayonara baby» de la IA al mercado laboral
La IA puede aumentar la productividad y abaratar costes, pero profundiza la desigualdad económica, ya que los beneficios suelen concentrarse en las empresas tecnológicas y en los trabajadores altamente calificados que queden activos
Durante la próxima década, millones de empleos desaparecerán por culpa de la inteligencia artificial (IA), que ha revolucionado numerosos sectores, pero su avance también plantea serias preocupaciones sobre el empleo. Advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que la automatización impulsada por la IA está reemplazando tareas antes realizadas por humanos, desde trabajos administrativos hasta funciones en la industria, el transporte, el comercio minorista o incluso la cultura o el periodismo. Un fenómeno que genera una creciente pérdida de puestos laborales, que afecta ya tanto a trabajadores con menor nivel educativo –cuyas tareas son repetitivas y fácilmente automatizables– como a empleados tecnológicos, cuyos cometidos los realiza la IA con igual calidad y en infinitamente menos tiempo. A medida que las empresas adoptan sistemas inteligentes capaces de operar sin descanso y con alta precisión, con costes laborales cero y con el problema de las bajas por enfermedad en el olvido, se reduce la demanda de mano de obra humana. Así, la IA puede aumentar la productividad y abaratar costes, pero profundiza la desigualdad económica, ya que los beneficios suelen concentrarse en las empresas tecnológicas y en los trabajadores altamente calificados que queden activos –que cada vez serán menos–. Una atomización del mercado laboral que ya ha empezado a dejar a empleados desplazados y sin alternativas laborales inmediatas. Ahora mismo, uno de cada cuatro trabajos está en riesgo de transformarse por el auge de la inteligencia artificial, sobre todo los empleos cognitivos altamente digitalizados de sectores como los medios de comunicación, la informática y las finanzas. Los expertos tranquilizan a la opinión pública con que se destruirán muchos empleos, pero se crearán otros muchos para una bolsa laboral orientada a la gestión, el desarrollo y la supervisión de la IA, lo que requerirá la continua formación de los trabajadores. Pero no inciden sobre cuánta masa laboral pueda llegar a reciclarse de verdad. La amenaza de la IA generativa se presenta a ojos de los mundanos como una ola de reemplazo masivo de puestos de trabajo, que ya es una realidad en gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Apple o Meta, que han visto cómo el desarrollo de esta herramienta ha acabado absorbiendo tareas que hasta hace unos años era inconcebible que no fueran ejecutadas por humanos. Cabría preguntarse hacia dónde vamos y cómo, y preparar el camino para que la IA no arrase con todo y nos despida con un «sayonara, baby».