Biblioteca Harley-Davidson
Sinónimos
Si no queremos crear generaciones de perdedores utópicos deberíamos emprender YA una reestructuración general del sistema educativo
Gran parte de nuestros problemas como humanos, para comprender la vida y todo lo que la rodea, provienen del vicio apresurado de confundir unas palabras con otras similares. Dado que en el colegio nos enseñaron que existe una cosa llamada sinónimos tendemos a pensar que algunas palabras significan lo mismo que otras y son intercambiables. Pero no hay dos palabras iguales. «Seriedad» no es lo mismo que «severidad». Tampoco es lo mismo «viejo» que «antiguo». Confundimos «desigualdad» con «injusticia». Pensamos que «evaluar» y «valorar» significan lo mismo. Lo mismo nos pasa con «empoderar» que nos parece una versión chic de «reforzar».
Los últimos casos de leyes defectuosamente redactadas nos ponen sobre la pista de otra confusión de palabras que puede ser determinante para el futuro de las próximas generaciones. Es la confusión entre «preparados» y «titulados». Hace poco más de una década, cuando se buscaba una salida a la crisis de 2008 se empezó a hablar de la «nueva política» deseando creer utópicamente en una generación de políticos jóvenes con una mejor preparación debido al progreso de nuestro sistema educativo. Muchos de ellos provenían de las instituciones de enseñanza, daban clases y ostentaban llamativas titulaciones universitarias. Ahora, diez años después, enfrentados a la realidad, esa preparación se ha demostrado muy pobre. Estaban muy titulados, pero muy poco preparados. Lo cual muestra una preocupante disfunción estructural en nuestro sistema educativo. Yo no sé si se debe a la triste instauración del sistema de perfiles para escoger el profesorado en las universidades, pero estamos engañando a nuestros estudiantes haciéndoles creer que saldrán de ellas muy preparados cuando solo estarán muy titulados. El trompazo contra la realidad de esa preparación deficiente será tan fuerte como el de la ley de libertad sexual. Cualquiera que venga de fuera con una titulación bien hecha se los merendara en el mercado laboral. Si no queremos crear generaciones de perdedores utópicos deberíamos emprender YA una reestructuración general del sistema educativo.
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