Canela fina

El socialdemócrata Page ante el Pacto de Estado

«Cánovas y Sagasta acordaron el Pacto de El Pardo ante la gravísima crisis nacional que abría el fallecimiento del Rey Alfonso XII»

Las redes sociales han difundido la semana pasada un vídeo de Emiliano García-Page en el que manifestaba de forma rotunda: «Soy contrario, muy contrario a la decisión del Gobierno», del Gobierno sanchista que acordaba la modificación del código penal de forma insólita con los beneficiados por la reforma. «Es intolerable pactar con los delincuentes su propia condena», afirmó con rotundidad el presidente de Castilla-La Mancha. Hace unas semanas aseguró que no iría con Bildu «ni a la vuelta de la esquina». Y más recientemente se escandalizaba de la eventual formación de un Gobierno dirigido por el mando a distancia de Carlos Puigdemont.

Alberto Núñez Feijóo tal vez crea que puede negociar directamente con Emiliano García-Page, hombre que ha permanecido fiel al PSOE durante más de cuarenta años. Y en esa lealtad permanece. El líder popular debe abdicar la soberbia y buscar intermediarios.

Son muchos, tal vez mayoría, los socialistas que piensan como el presidente de Castilla-La Mancha. Y se tendrían que movilizar los nombres grandes del partido –Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Corcuera, Joaquín Almunia, Joaquín Leguina…– para convencer a Page de que tiene la obligación histórica de preservar la condición social demócrata del PSOE y negociar con Pedro Sánchez desde la lealtad institucional. Un nuevo Gobierno frentepopulista podría desbaratar la democracia española y liquidar la concordia y la conciliación, establecidas durante la Transición. España se ha enfrentado con graves, gravísimas crisis, en los siglos XIX y XX, soportando cuatro guerras civiles. La generosidad, la altura de miras y el acierto rubricados por la Constitución del 78, permitieron –superando una dictadura de 40 años– la paz, la libertad y la prosperidad. Pero está quebrándose. Las dos Españas a garrotazos que simbolizó Goya se vislumbran ya en los horizontes emborrascados.

Tanto Alberto Núñez Feijóo como García-Page, Pedro Sánchez, Felipe González y sus barones deberían reflexionar sobre el Pacto de El Pardo, acordado por Antonio Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta ante la alarmante crisis que se abría en 1891 con la muerte de Alfonso XII. Inteligencia política, generosidad personal y sentido de Estado se conjugaron en aquella ocasión. El pueblo español se merece hoy, como se mereció entonces, una solución de fondo.

Luis María Anson,de la Real Academia Española.