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Mar en calma

Todo suma

Sin duda, lo más difícil puede convertirse en impulso, ya que el sentido de vida de todos es, en definitiva, mantener siempre la esperanza

Tuve la fortuna de visitar el Club de la Fundación Juegaterapia y compartir una tarde inolvidable con niños y adolescentes que están superando una enfermedad alarmantemente común en todo el mundo: el cáncer. Existen más de 100 tipos diferentes de cáncer, como existen también innumerables obstáculos a los que el ser humano va a tener que enfrentarse a lo largo de su vida.

Como a la mayoría de los mortales, no me quedó otra opción que transformar en aprendizajes todos los desafíos físicos y emocionales ante los que la vida me colocó. Hoy, esos aprendizajes me ayudan a inspirar a quienes se enfrentan a lo más inesperado. Los niños son los que mejor se adaptan a esos cambios abruptos.

Les hablé del poder del amor y la gratitud, de resiliencia, esfuerzo, optimismo y esperanza. De operaciones, infecciones, injertos y hospitalizaciones. De esa montaña rusa que me hizo más fuerte. Me salvó el amor, las visitas, el acompañamiento… el calor humano sana y transforma.

Agradecí profundamente la labor de Juegaterapia, porque hacen magia: convierten los pasillos fríos de los hospitales en mundos donde «la quimio jugando se pasa volando». Además de un lema, es una forma de vivir con alegría.

También compartí una idea que me marcó: demasiada comodidad adormece. Aplana el deseo de crecer. Cuando todo es fácil, uno no explora, desiste de buscar su propósito. Pero cuando la vida te pone al límite, algo muy poderoso despierta. Y, aunque duela, eso es un regalo.

Que esas personas valientes, y sus familias, no caigan en el desaliento porque todo suma: ejercicio físico, recetas anticáncer, cirugía, medicación, tratamientos innovadores, visualización, meditaciones, pensamientos positivos… Hasta un estudio asegura que la Quinta Sinfonía de Beethoven destruye el 20% de las células cancerosas sin dañar las sanas.

Sin duda, lo más difícil puede convertirse en impulso, ya que el sentido de vida de todos es, en definitiva, mantener siempre la esperanza.