España

El reto de innovar para emprender en Europa

La nueva economía no existe en el imaginario colectivo sin la cobertura de internet y de las nuevas tecnologías. La innovación se ha convertido en el motor más potente de la nueva industria, la industria digital. Y ya todo gira en torno a ella. No es por eso extraño pensar que el futuro de nuestras empresas y de nuestros emprendedores pase por aprovechar el potencial de internet para generar un nuevo valor en sus productos o servicios.

Ya sea para acotar su propio espacio y promover imagen de marca, para realizar campañas de marketing digital con una orientación a la venta que ofrece garantías como nunca antes, para mejorar el conocimiento de sus clientes/usuarios y generar nuevos productos, o como vehículo de venta directa, internet representa una clave irrenunciable para la recuperación y el crecimiento de unas economías cada vez más competitivas, en las que la innovación no asegura el éxito, pero su ausencia casi certifica el fracaso de la iniciativa.

En un entorno, además, que marca una clara tendencia hacia el emprendimiento, y se enfatiza la figura del autónomo o pequeño y mediano empresario como elemento primordial de la nueva economía, resulta imprescindible que la promoción de políticas que fomenten la innovación y la orientación a internet de los nuevos proyectos empresariales cuenten con todo el apoyo de la iniciativa política.

Un estudio de McKinsey atribuye a internet un crecimiento del 20% del PIB de los países del G-20 en los últimos cinco años, con una acelerada tendencia al crecimiento, y sabemos que por cada empleo que desaparece en la economía tradicional se crean casi tres nuevos puestos de trabajo en la economía digital. Si además tenemos en cuenta que el 99% de las empresas europeas son pymes que generan el 87% del empleo, parece evidente la necesidad de conectar emprendimiento e innovación, empresa e internet.

Y más en el escenario económico actual, donde, sólo en España, más de 200.000 pymes han cerrado como consecuencia de la mala situación económica y más de 300.000 autónomos han cesado en su actividad. De momento, las pymes que han optado por conectarse al mundo digital han crecido el doble que las que no lo han hecho y, por lo tanto, están superando mejor la crisis. Pero la mala noticia es que el grueso de nuestras pequeñas y medianas empresas no apuestan todavía por Europa como campo de acción de su aventura digital. Y no por falta de interés, sino como consecuencia de las barreras para poder hacerlo con éxito. Hay estudios que afirman que más del 60% de nuestras pymes aún no han decidido abrazar los beneficios que les podría aportar internet. Por eso, podemos deducir que el mercado digital europeo dista mucho de aportar a nuestra economía todo su potencial.

FAES impulsa hoy un encuentro de alto nivel bajo el título «Mercado único digital europeo: emprendedores y pymes», que cuenta con la participación del vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria y Emprendimiento, Antonio Tajani, y del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, con el objetivo de escenificar esta apuesta por ese Mercado Único digital que es más un sueño que una realidad.

Lamentablemente, aún queda mucho por avanzar. El gran coste de establecimiento de un negocio paneuropeo para una pequeña empresa hace inviable cualquier proyecto de estas características. La causa: 27 normativas diferentes en aspectos tan importantes como el IVA, los servicios postales, los derechos de propiedad intelectual, las reglas contables o la resolución de conflictos en las transacciones on-line, por citar sólo algunos ejemplos, que prácticamente obligarían a cualquier iniciativa empresarial a establecer una oficina en cada uno de los veintisiete países para arrancar con un proyecto de comercio digital europeo.

Curiosamente, el mercado digital en Europa lo lideran cinco empresas americanas: Ebay, Amazon, ITunes (Apple), Facebook y Google. Para los gigantes de internet, el mercado europeo de los Veintisiete no es más que un contratiempo. Por tamaño y por músculo financiero pueden vender sus productos en todo el territorio, a la vez que cuentan con increíbles ventajas fiscales que los propios países de la UE promueven para asentarlos en sus territorios. Y me parece estupendo porque estamos en un mundo de barreras abiertas y queremos promover el libre comercio global para ser más competitivos. Pero no podemos olvidar la necesidad de promover un sólido tejido empresarial con políticas de apoyo y promoción del emprendimiento en el mundo digital. Por eso, es fundamental adaptar nuestro mercado digital a las pymes, que son la base de nuestras economías. Si logramos que nuestros pequeños y medianos empresarios compitan en igualdad de condiciones que los gigantes de internet y puedan vender sus productos en todo el ámbito paneuropeo, daremos un verdadero impulso a nuestra economía.