ONG
Experimento publicitario
En pocos días se ha convertido en uno de los mayores virales de estas Navidades, con casi tres millones de visionados en YouTube, y múltiples apariciones como noticia en la televisión y la radio. El experimento de Ikea con 10 familias reales cuyos niños escriben una carta a los Reyes Magos y otra para sus padres, realizado por la agencia McCann, es uno de los vídeos más emotivos que se pueden ver en estas fechas.
Los niños escriben su carta a los reyes rápido y sin problemas: «Quiero esto, esto y esto». Tienen más dificultades con la carta a sus padres, entre otras razones porque, como reconocía la directora creativa Mónica Moro, se les orientó diciendo que no podían pedir regalos materiales. Por eso es lógica la feliz coincidencia de que casi todos piden que jueguen más, les hagan cosquillas y, en general, que sus padres pasen más tiempo con ellos. Lo realmente bonito es que cuando les dicen que escojan si sólo pudiesen enviar una de las dos cartas, todos los que salen en el vídeo eligen la de sus padres, que lloran y se emocionan ante la respuesta de sus hijos.
No se trata de un experimento sociológico, ni mucho menos científico, pero refleja la bondad y los deseos reales de los niños de disfrutar y estar más con sus padres antes que tener cualquier juguete. Y da una respuesta clara a la pregunta inicial del vídeo, «¿Por qué nos empeñamos en no regalar a los niños lo que quieren por Navidad?». El mensaje podría parecer anti consumista e ilógico procediendo de una empresa que tiene el objetivo de vender lo más posible, si bien la marca lo lleva hábilmente a su territorio natural: «La Navidad nos desamuebla la cabeza. Nada como el hogar para volvérnosla a amueblar».
La agencia McCann, que los últimos años logró emocionar a media España con los anuncios de Campofrío, demuestra una vez más el poder publicitario de las buenas historias, y que no hace falta hablar ni mostrar los productos para que los consumidores se identifiquen y se sientan cercanos a las marcas. Cuando hace unos meses Ikea cambió de agencia parecía una decisión inexplicable por la excelente labor que siempre había hecho SCPF. Ahora McCann demuestra que la marca sigue manteniendo un gran nivel, y que la buena creatividad no es ni mucho menos una labor exclusiva de las agencias, pues depende muchísimo de la sensibilidad, experiencia e inteligencia del anunciante.
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