Bélgica

Frente común europeo

Las negociaciones individuales favorecen a Google: le resulta más fácil luchar contra los editores de cada país de forma separada

La pasada semana, Google anunciaba un acuerdo con editores de Prensa francófona y las sociedades de autores en Bélgica que cierra seis años de litigio por publicar en el buscador enlaces a artículos de la Prensa de ese país. Desde 2006, la empresa estadounidense y la sociedad belga de gestión de derechos de autor Copiepresse –que representa a diarios de aquel país como «Le Soir» o «La Libre Belgique»– se enfrentaban en los tribunales debido a que la entidad consideraba ilegal la publicación de contenidos de las ediciones digitales de los periódicos en el servicio Google News.

Tras varias sentencias favorables a la Prensa, Google y los editores de noticias en lengua francesa de Bélgica decidieron sentarse a negociar y, al final, han decidido asociarse en «una amplia gama de iniciativas de negocio» para promover juntos sus productos. De este modo, Google anunciará sus servicios en los medios belgas, en tanto que los editores «optimizarán» el uso de las posibilidades que ofrece el buscador para anunciarse, en particular la aplicación AdWords, con el fin de captar más lectores.

Este acuerdo, sin embargo, contrasta con las batallas judiciales emprendidas en otros países de la Unión Europea como Alemania y Francia y con las quejas contra Google lanzadas por los editores de diarios de España e Italia. De hecho, el pasado 30 de octubre, las principales asociaciones de editores de periódicos de Francia, Alemania e Italia publicaron una nota conjunta que enviaron a sus respectivos parlamentos para pedir que se tutelasen los derechos de autor en los buscadores en internet. Denuncian que sus negocios están siendo perjudicados por las prácticas de Google, que «está atentando contra sus derechos de propiedad intelectual», enlazando a sus artículos.

En este sentido, la Unión Europea está demostrando su falta de unidad y de capacidad para afrontar un problema común de una manera coordinada y conjunta. Si estamos ante una situación que afecta de forma idéntica a todos los países miembros, ¿por qué no sentarse en una mesa con Google, y con el resto de agregadores de noticias, y negociar un acuerdo, al igual que ha ocurrido en Bélgica? Sin duda, afrontar el problema de forma individual en cada país favorece a los intereses de Google, para quien es más fácil luchar contra cada grupo de editores de forma separada y lograr acuerdos en función de cada caso.

Los editores bien saben que no pueden prescindir de Google News, pues buena parte de las entradas a sus ediciones digitales llegan a través de estos agregadores de noticias. El problema, por tanto, no es del canal, sino económico, es decir, por considerar que son los medios los que realizan el trabajo y Google quien lo rentabiliza. Por este mismo motivo, sería imprescindible coordinar una política común al respecto en la que intervenga, si es necesario, la propia Unión Europea a través de sus organismos, y busque una solución que satisfaga a todas las partes. Sin duda, para Google no será lo mismo sentarse con un comisario europeo enfrente que negocie con el respaldo de todas las asociaciones de editores detrás que hacerlo con cada una de ellas por separado y llegando a acuerdos diferentes en cada caso.

Si hasta ahora ha habido sentencias en Alemania o Francia condenando a Google a pagar por mostrar en su servicio Google News noticias de la Prensa de estos países, ¿por qué no hacer esa sentencia extensible a todo el ámbito europeo?