Australia

Los mejores del año

La mejor campaña del último año en todo el mundo, al menos según el Festival de Cannes de Publicidad, fue comentada en esta columna hace algunas semanas: un excelente anuncio de la agencia Ogilvy Brasil para la marca Dove que demostraba con un dibujante de «retratos robots» cómo muchas mujeres son las principales críticas sobre su propia belleza, y se consideran bastante más feas y con peor imagen que la que perciben de ellas mismas otras personas que apenas las conocen. Una buena dosis de autoestima siempre se agradece, ligada a una marca que sabe conectar. En televisión, el Gran Premio fue para un divertido anuncio de dibujos animados que trata de prevenir que la gente se caiga a las vías del metro en Melbourne, Australia. También hubo grandes premios en Exterior para unos anuncios de IBM, auténticos «muebles urbanos» que facilitan la vida a la gente en las ciudades; y en Innovación para el software «Cinder» de The Barbarian Group, que parece de auténtica ciencia ficción y permite hacer auténticas maravillas interactuando con el movimiento.

Las agencias españolas han logrado uno de los mejores resultados de los últimos años al ganar 22 leones, incluyendo el Gran Premio de Jóvenes Creativos para Jordi Romans y Rene Antón, de Publicis España. El mérito de España es que estos premios fueron conseguidos con un 31% menos inscripciones que el año anterior, pues para participar en este festival (y en casi todos los de publicidad) debe pagarse una alta cuota, y la crisis lógicamente hace que las agencias manden menos anuncios.

Por parte española, en televisión solo hubo dos larguísimos «spots» que ganaron premios, el peculiar y humorístico homenaje a las madres que no se dejan engañar de McCann Erickson para el Atún Calvo; y la historia del pato y cómo amueblar una terraza, obra de SCPF para Ikea. Dos bonitas historias muy distintas y alejadas de los «spots» que se ven habitualmente por televisión, algo también normal en los festivales. Para acabar, citar otro merecido premio para ING con una campaña de OgilvyOne España, un corto interactivo que recaudaba dinero para escuelas infantiles con «el monstruo que no dejaba ir a los niños al colegio». Los que lo veían podían ayudar a acabar con ese «monstruo» mandando un SMS, y así se recaudaron casi 200.000 euros para Unicef. Resultado redondo: una buena obra, una buena imagen para el banco, y un premio para la agencia.