Distribución
Marcas responsables
Un 40% de los españoles está dispuesto a pagar más por productos y servicios de empresas socialmente responsables, y un 28% dice que ya lo ha hecho en alguna ocasión. Según un estudio de Nielsen, el 50% de los consumidores de todo el mundo eligen empresas que tienen en marcha programas adecuados y comprometidos con la sociedad, si bien para el 57% de los españoles (y el 42% de los europeos) las empresas no hacen lo suficiente.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un requisito cada vez más importante en el éxito o fracaso de las empresas. Muchos consumidores ya no se conforman con comprar un producto bueno, bonito y barato de una marca valorada y reconocida: quieren que la empresa que lo fabrica, distribuye y vende sea ética, sus procesos no contaminen ni dañen el medio ambiente, y en general beneficien a la sociedad.
No hace mucho se conoció, tras el derrumbe de un edificio en Bangladesh, que bastantes de las trabajadoras fallecidas estaban elaborando prendas para marcas españolas e internacionales en condiciones durísimas y por sueldos de miseria. Todas las marcas afectadas trataron de escurrir el bulto, declarando que solo se trataba de algunas pruebas, o que en realidad habían contratado a otra empresa que a su vez subcontrato el trabajo... Lo evidente es que el consumidor exige tener la seguridad de que no se han cometido ningún tipo de abuso para elaborar el producto que compró.
Lo más importante del estudio de Nielsen es que muestra cómo los consumidores se involucran cada vez más en lo que desean, y están dispuestos a pagar por ello. Los más concienciados son los menores de 30 años, pero también los consumidores de mediana edad están cada vez más involucrados. Y aunque los españoles son de los más críticos y escépticos de todo el mundo sobre los programas de marketing social, también estamos entre los más dispuestos a colaborar y pagar más por productos de empresas que benefician a la sociedad. Para Gustavo Núñez, director general de Nielsen Iberia, «la respuesta no está en hacer campañas de marketing social tradicionales, sino en la responsabilidad general de la compañía, que debe ser consistente e incontestablemente auténtica para resultar creíble».
Vamos, como ya hace siglos se decía de la mujer del Cesar, una empresa no sólo debe ser buena, sino también parecerlo y que se le reconozca.
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