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Ultrarricos
Y tú, Pili, que pusiste energía solar en tu chalet adosado para que te bajara el recibo de la luz, ¡codiciosa empresaria energética! ¡Vil ultrarrica!, o rica ultra, ¡que para el caso es lo mismo!
«Ultrarrico»: más que una palabra original, un sintagma rompedor. Aglutina a un mundo ideológico alrededor. Palabra imprescindible para la vida que todavía no reconoce la RAE. ¿Pero porqué, y por qué, y porque…, no está en el Diccionario? Sí aparecen sus partes (con perdón), pues en el Diccionario se encuentra «ultra», que quiere decir «extremista» (sobre todo «ultraderechista»), y «rico». Para nuestros prebostes ideológicos, lo ultra en política siempre viene de la derecha, ya que la izquierda no es sospechosa de nada, aunque lo diga el Diccionario. Por muy ultra que sea la izquierda podría llegar a catalogarse, como mucho…, de ultra progresista. Pero ahí, no más. Luego viene el temita «rico», que equivale como sabemos todos y todas, vascos y vascas, a esa despreciable ralea de «adinerados, acaudalados, hacendados, pingües…», o sea: que en España es rico todo aquel que tenga más de tres gallinas. Ah, no, perdón: que ya han prohibido las gallinas… Bueno: pues será rico todo aquel que posea más de tres huevos. Porque lo suyo, lo sostenible, es tener un par de huevos, y en realidad, para los tiempos que corren, con uno solo, pero resiliente, ya basta. Fascina la idea de los «ultrarricos» por cómo se despachan en una sola palabra dos universos despreciables: los ultras, que son unos fachistas degenerados, y los ricos, que son unos avariciosos, habitualmente empresarios. Como ejemplos de codicia empresarial ahí tenemos al plumilla «colaborador» de medios de comunicación, que no saca para pagar la cuota mínima de Autónomos (¡ah, malandrín, que estás ahorrando para comprarte un yate!); la señora de la limpieza que hace más horas que un reloj y está consumida por las varices y el reuma. El frutero inmigrante, que sueña con que el género no se pudra antes de venderlo. El agricultor, que no sabe usar una Tablet para pagar impuestos diarios… Y tú, Pili, que pusiste energía solar en tu chalet adosado para que te bajara el recibo de la luz, ¡codiciosa empresaria energética! ¡Vil ultrarrica!, o rica ultra, ¡que para el caso es lo mismo!