Cargando...

El trípode

La voz de la calle contra el sanchismo

Solo quedan Podemos y el PSOE para acabar con la actual degradación. Y la voz de la calle.

Es evidente que Sánchez va a seguir aferrado al poder del que no piensa irse, sino a la fuerza. A la fuerza de una moción de censura que está mucho más justificada que la que le permitió a él llegar al gobierno, tras dos estrepitosos fracasos electorales en las primeras elecciones generales repetidas desde 1978, por negarse a facilitar una investidura al ganador de ambas. Y que pretendía que se celebrasen por tercera vez, lo que le impidió su partido, cesándole de la secretaría general un 1º de octubre de 2016, exactamente un año antes del golpe contra la Constitución promovido por los actuales protectores suyos. Amnistiados e indultados sin arrepentimiento alguno por su parte, –sino todo lo contrario: «lo volveremos a hacer»– como parte esencial del precio a pagarles para seguir instalado en el poder.

Esa eventual moción de censura, para que pueda resultar ganadora, sabemos que necesita que 4 diputados de los 179 que actualmente le sostienen, pongan el interés general de España y su dignidad, por encima del mero beneficio de cobijarse bajo él. Y como ya comentamos, poner un candidato «neutral», pero de claro perfil democrático, con un único programa de gobierno: convocar elecciones anticipadas inmediatamente de ser investido por el Congreso. Esos 4 diputados deben salir del grupo parlamentario socialista o de Podemos, ya que la probabilidad de que surjan de Sumar es nula, con Yolanda y cuatro ministros en el gobierno, y fuera de él «hace frío». ERC mantiene con el PSOE una histórica vinculación desde su fundación, con el Frente Popular de 1936, y los más recientes Tripartitos de la Generalitat con el famoso Pacto del Tinell de 2003. En cuanto a Junts, ha reaccionado al anuncio de la próxima constitucionalidad de la amnistía volviendo a atacar al Tribunal Supremo acusándole de ser «el problema» al estar en rebeldía con su actitud ante la misma.

Es un auténtico despropósito un gobierno que tiene por socios a secesionistas que atentan impunemente contra la independencia del Poder Judicial. Así que el «progresista» Puigdemont no retirará tampoco su apoyo a Sánchez, y tampoco lo hará el «progresista» PNV que gobierna en el País Vasco con ellos. En cuanto a Bildu, está feliz con Sánchez, que les regaló la alcaldía de Pamplona, la capital de Navarra, que para ellos tiene un gran valor político en su proyecto de un gran País Vasco con la anexión de la Comunidad Foral. Además de beneficiarse del blanqueo que el sanchismo les promueve y de los beneficios penitenciarios. Así que solo quedan Podemos y el PSOE para acabar con la actual degradación. Y la voz de la calle.