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La joya oculta del País Vasco para descansar durante esta Semana Santa

Su conjunto monumental, su cercanía al mar y sus alrededores hacen de esta villa un lugar idóneo para pasar unos días de descanso

La joya oculta del País Vasco ideal para descansar durante esta Semana Santa
La joya oculta del País Vasco ideal para descansar durante esta Semana Santamutriku.eus

Si estás planificando una escapada única para Semana Santa, el País Vasco ofrece un abanico de destinos capaces de cautivar a cualquier viajero. Esta región, conocida por su espectacular combinación de cultura, paisajes de ensueño y una gastronomía insuperable, es un lugar donde cada rincón invita a descubrir algo nuevo. Mientras ciudades como Bilbao y San Sebastián continúan atrayendo visitantes por su vibrante ambiente urbano, pequeños pueblos costeros como Mutriku prometen una experiencia más tranquila y auténtica. Situado en el extremo occidental del litoral guipuzcoano, este encantador pueblo destaca por su historia, paisajes naturales y una arraigada tradición marinera.

El municipio de Mutriku se encuentra en la costa oeste de la provincia de Guipúzcoa. Linda con Berriatua y Ondarroa al oeste, con Marquina al sur-oeste, con Deba al este y con Mendaro al sur. Al norte, el mar Cantábrico baña las costas del municipio que se extienden entre la Playa de Mutriku y la Playa de Saturrarán. Se trata de una zona de orografía abrupta que en pocos kilómetros asciende de 0 a los 608 m del Monte Arno. La flora local se compone sobre todo de pinos insignis y otras coníferas (en torno a 1.127 hectáreas), así como de especies típicas de la flora atlántica. De hecho, el 64% de la flora del municipio está compuesta por este tipo de especies entre las que se incluyen encinas, hayas o robles. Es por tanto, una zona de gran valor naturalístico, reconocida incluso por las instituciones europeas. Así, el encinar que se extiende por la cordillera del monte Arno es desde hace años una zona protegida por la UE. La belleza de este paisaje es, sin duda, un activo de primer orden para el desarrollo turístico de la zona.

La salvaje costa de Mutriku y sus alrededores son también de una gran belleza. Pero además, esta parte de la costa vasca tiene un altísimo valor geológico. Es por ello que desde 2010 Mutriku forma parte del Geoparque de la Costa Vasca, junto con Deba y Zumaia. Geoparque que, desde 2015, se integra en la red mundial de Geoparques de la Unesco.

Mutriku, declarado conjunto monumental desde 1995

Por otro lado, la historia de Mutriku es de una gran riqueza e interés. Todo aquel que se acerca a esta población debiera adentrarse en el casco histórico de la villa, que goza de calificación de conjunto monumental desde 1995. Paseando por sus angostas calles el visitante descubrirá numeroso palacios y casas torre reflejo de esa historia, y para aquellos que quieran conocer los secretos de la villa en profundidad la oficina de turismo ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas.

También pueden resultar de interés las diferentes barriadas que rodean el pueblo de Mutriku. En los barrios de Laranga y Galdonamendi el visitante gozará de unas impresionantes vistas de la costa guipuzcoana y de las montañas que la rodean. Asimismo, los bosques y prados del valle de Olatz, repletos de cuevas y caleras, guardan numerosas historias y leyendas, y algunos de sus caseríos ofrecen al visitante la oportunidad de degustar un queso de gran de calidad. El barrio de Astigarrabia por su parte esconde un conjunto monumental del gran valor histórico. Su joya más preciada es, sin duda, la iglesia de San Andrés, que data al menos del S. XI, y que conserva aún una ventada prerrománica única en esta zona. La oficina de turismo de Mutriku ofrece a los interesados la posibilidad de realizar visitas guiadas por este barrio. También cabe mencionar el barrio de Olabarrieta en el que el visitante podrá degustar el txakolí local.

El flysch de Mutriku se conoce como el Flysch Negro, con una antigüedad de más de 110 millones de años
El flysch de Mutriku se conoce como el Flysch Negro, con una antigüedad de más de 110 millones de añosMutriku.eu

Un paraíso para los amantes de los deportes de montaña

Para los amantes del deporte Mutriku ofrece un amplio abanico de posibilidades: Buceo, salidas a caballo, rutas de montaña y, en verano, también alquiler de piraguas y de tablas de padel surf. Para los amantes del surf, la playa de Alcolea ofrece condiciones idóneas para los surfistas experimentados (para los principiantes se recomienda la playa de Deba, a solo cinco kilómetros de Mutriku).

Haciendo frontera con Bizkaia, el de Mutriku es uno de los puertos más antiguos de la costa guipuzcoana. Ha sido construido en torno a una espectacular bahía natural que se extiende entre los acantilados de Alcolea y el alto de Burumendi, quedando así protegido frente a las tormentas y marejadas que golpean desde el norte. Es por ello que antiguamente Mutriku era el puerto refugio de referencia en la zona.

El puerto ha marcado profundamente la historia de Mutriku. El mar y la pesca han sido el motor económico del municipio desde su fundación, siendo además un elemento clave en la creación y desarrollo de otras actividades económicas ligadas al mar de forma indirecta como son la industria conservera, aún hoy importante para la economía local, o la construcción de barcos. Las primeras referencias documentales de la relación de Mutriku con la pesca se recogen en un documento que data del año 1.200. Se trata de una misiva firmada por el rey de Castilla, Alfonso VIII, en la que el monarca donaba a la orden de los Caballeros de Santiago la ballena que anualmente le ofrendaba la villa de Mutriku. Asimismo, la creación del primer puerto de Mutriku se remonta al S.XIII. Fue, de hecho, una construcción del todo innovadora para su tiempo, gracias a la implantación de dos diques de piedra en forma ovalada que dieron al puerto una forma muy característica. Tanto es así, que se conocía como “La Concha de Mutriku”.

En 1877 el puerto original sufrió una gran remodelación inspirada en un proyecto del renombrado ingeniero Evaristo Churruca, gracias a la cual adquirió su estructura actual. Con todo, las fuertes corrientes marítimas dañaban a menudo dicha estructura y dificultaban la entrada y salida de los barcos. Es por ello que hacia 1932 el ingeniero Ramón Iribarren dio solución parcial a estos problemas, aplicando una serie de técnicas muy innovadoras para su tiempo. Tras una serie de estudios iniciales sobre el oleaje dentro de la dársena del puerto, desarrolló una serie de técnicas capaces de desviar las corrientes marinas hacia zonas menos lesivas. A partir de estos estudios el ingeniero vasco publicó "Método de cálculo de los planos de oleaje" que sigue siendo una obra de referencia en el campo de ingeniería.

Pintura antigua de Mutriku
Pintura antigua de Mutrikumutriku.eu

Mutriku, un pueblo con siglos de historia y un encanto único

Fundado a comienzos del siglo XIII, Mutriku conserva un trazado medieval que transporta a los visitantes a otra época. Sus calles empedradas, flanqueadas por casas de colores vivos y balcones floridos, conforman un casco histórico que invita a perderse y descubrir cada detalle. Entre sus joyas arquitectónicas destacan la iglesia de San Andrés, con su imponente estructura gótica, y el Palacio Galdona, una muestra de la elegancia que caracteriza al municipio.

Mutriku se encuentra enclavado en un entorno natural privilegiado, donde las montañas se encuentran con el mar. Esto lo convierte en un punto ideal para quienes buscan combinar actividades al aire libre con la tranquilidad de un pequeño pueblo costero. No es de extrañar que muchos lo comparen con los pintorescos pueblos de la Liguria italiana o de la Costa Amalfitana, pero con el carácter único del mar Cantábrico.

Mutriku, naturaleza y aventura

El litoral de Mutriku es un espectáculo natural que no deja indiferente. Sus acantilados, moldeados a lo largo de millones de años, cuentan con una riqueza geológica que forma parte del Geoparque de la Costa Vasca. Aquí, los amantes del senderismo pueden disfrutar de rutas que ofrecen vistas espectaculares del Cantábrico, mientras que aquellos que prefieren el mar pueden explorar las tranquilas calas o practicar buceo en sus aguas cristalinas.

Entre las playas más destacadas se encuentra Saturraran, un rincón perfecto para quienes buscan relajarse escuchando el sonido de las olas. Su puerto, uno de los más antiguos del País Vasco, es un lugar imprescindible para sumergirse en la vida marinera local. Pasear por sus muelles y degustar el pescado fresco en los restaurantes de la zona es una experiencia que combina tradición y sabor.

Los mejores platos para disfrutar en Mutriku

No se puede hablar de Mutriku sin mencionar su gastronomía. Este pueblo es un paraíso para los amantes del buen comer, con especialidades que destacan por su frescura y autenticidad. El pescado y el marisco recién capturado son los protagonistas indiscutibles, pero también hay espacio para platos típicos de la cocina vasca, como el marmitako o el bacalao al pil-pil, sin dejar de lado uno de los productos más típicos de España, las croquetas.

Además, Mutriku es un lugar ideal para explorar productos locales como el txakoli, un vino blanco joven y afrutado que marida a la perfección con los sabores del mar. Visitar sus tabernas y mercados es una oportunidad para conocer de cerca la rica tradición culinaria de la región.

Personajes ilustres de Mutriku

Mutriku tambiés es conocido por uno de sus vecinos ilustres: Cosme Damian Churruca. Este renombrado científico y brigadier de la Armada Real nació en el Palacio Arrietacua en 1761, cursó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Burgos, pensando en un primer momento en ordenarse sacerdote. No obstante, mostró interés por la marina desde muy joven. Así, en 1776, con solo 15 años, ingresó en la Academia de Cádiz como guardiamarina, graduándose en la Academia de Ferrol en 1778. Allí se formó como matemático y astrónomo, y pronto fue ascendido a alférez de fragata.

En 1781 participó en el asedio de Gibraltar (1781-1782), y en 1788 participó en la segunda expedición, guiada por Antonio de Córdoba, a través del Estrecho de Magallanes. Churruca fue responsable de la parte astronómica y geográfica de la expedición, a partir de la cual publicó una de sus obras más citadas, "Apéndice al Primer Viaje de Magallanes" (1795).

A su regreso de esta expedición fue agregado al Observatorio de la Marina en San Fernando. Más adelante, y tras un breve periodo de descanso en su Mutriku natal, participó en una nueva una expedición geográfica a América del Sur (1792-95), organizada con el fin de formar el atlas marítimo de la América septentrional. Su salud se resintió gravemente a lo largo de este viaje, y regresó antes de lo previsto. En años posteriores realizó varios viajes de gran transcendencia por Europa sin acabar de recuperarse del todo, y en 1802 se retiró de nuevo a Mutriku a fín de mejorar su salud. Durante su estancia en la villa Churruca asumió la alcaldía del municipio, heredada tras la muerte de su padre.

En 1805, tras el estallido del conflicto entre España e Inglaterra, Churruca se puso al mando de la embarcación San Juan Nepomuceno, y dirigió su nave durante la batalla de Trafalgar, en la que perdió la vida.