Sociedad

Cero complicaciones

Francisco, un paciente “despierto”

El Papa ha superado sin complicaciones la primera jornada de su operación programada en el colón y se espera que aproximadamente en una semana abandone el hospital Gemelli

Fotos del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el día después de que su operación de colon
Fotos del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el día después de que su operación de colonANGELO CARCONIEFE

Por el momento, cero complicaciones. Francisco ha superado sin problemas la operación de colon de tres horas de duración a la que fue sometido en la tarde del domingo. A través de un breve comunicado, la Santa Sede ha confirmado que se trata en términos médicos de una hemicolectomía izquierda, o lo que es lo mismo, una intervención que permite extirpar uno de los lados del colon donde se habría dado la obstrucción provocada por los divertículos para unir las partes remanentes.

“Se encuentra en buen estado general, despierto y respirando espontáneamente”, manifestaba ayer vía nota de prensa el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. A pesar de que la operación estaba programada y el postoperatorio está teniendo lugar según lo establecido, está previsto que el Papa argentino permanezca unos siete días en hospital Agostino Gemelli «salvo complicaciones», apostillan desde el Vaticano. De ser así, no sería extraño que Francisco se animara a presidir el rezo del ángelus del próximo domingo en el propio hospital y que incluso saludara desde los grandes ventanales que tiene el policlínico italiano.

Durante su estancia, el Papa permanecerá en la décima planta del centro médico, en la que ya se conoce como el «Vaticano III», rebautizada así por el propio Juan Pablo II debido a los recurrentes ingresos que sufrió en la última etapa de su vida. Hasta en siete ocasiones llegó a estar en la habitación, lo que le convirtió en su tercer hogar después de los palacios apostólicos y de la residencia veraniega de Castel Gandolfo. Se trata de un pequeño apartamento que además de contar con la cama del paciente y televisión, tiene anexa una pequeña salita de estar con un sofá cama y una mesa baja para tomar el café, así como un altar con un crucifijo para que el Santo Padre pueda celebrar la eucaristía a medida que mejore día a día de su convalecencia.

Si el domingo a mediodía, cuando entró por su propio pie en el policlínico, solo le acompañaban a Francisco su chófer y un estrecho colaborador, cuando se desveló la intervención, no solo se han apostado a las puertas del Gemelli decenas de periodistas. También se ha trasladado parte del equipo de seguridad del Pontífice y se ha reforzado al equipo sanitario con dos enfermeras del Vaticano para atenderle personalmente.

Aunque al frente del equipo que intervino al Papa está el doctor Sergio Alfieri, especialista en cirugías estomacales, fue el médico personal del Papa el que descubrió la dolencia que le ha llevado al quirófano. Se trata de Roberto Bernabei, un gerontólogo que fichó la Santa Sede el pasado mes de febrero para seguir de cerca su salud después de que su predecesor falleciera en enero por coronavirus.

Mientras Jorge Mario Bergoglio se recupera, desde los diferentes rincones del planeta se han multiplicado las cadenas de oración y los deseos de pronta recuperación. A través de las redes sociales, los obispos españoles han mostrado su afecto y cercanía. Así, el presidente del Episcopado, el cardenal Juan José Omella, ha invitado a los católicos a unirse para rezar por él.

En el caso del líder de los obispos italianos, Gualtiero Bassetti, envió una carta a Francisco en la que puso en valor su capacidad para “enseñarnos a afrontar su sufrimiento”. “Nunca debemos ceder al desánimo, ni siquiera en las horas de mayor fatiga. ¡Gracias, Santo Padre!”, ha escrito el arzobispo de Perugia, convencido de que estará completamente en forma para afrontar “el viaje a Hungría y Eslovaquia en septiembre”. “Le esperamos el próximo domingo para rezar juntos el ángelus y escuchar su palabra”, concluye.